Respuestas
1970. Surgen organizaciones guerrilleras El pueblo, cansado de tanta miseria e injusticia, crea sus organizaciones para defenderse de la represión y luchar por sus derechos. Surgen muchas organizaciones tanto en el campo como la ciudad. Se crean las Fuerzas Populares de Liberación (FPL –Farabundo Martí–), el año 1971, el Partido de la Revolución Salvadoreña - Ejército Revolucionario del Pueblo (PRS-ERP), el año
1974, la Resistencia Nacional - Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (RN-FARN) y el año 1975, el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC). Estas organizaciones se caracterizaron por desarrollar una estrategia de lucha armada basada en la formación de grupos guerrilleros urbanos, suburbanos y rurales, combinada con una ampliación de su influencia y organización en los movimientos sociales de la época.
1971. Se forma la UNO (Unión Nacional Opositora): Partido Demócrata Cristiano, el MNR y la UDN.
1972. Febrero. Flagrante fraude electoral. Las elecciones fueron ganadas por la UNO, que eran Duarte y Ungo, pero los militares y la clase dominante impusieron al coronel Arturo Armando Molina, candidato oficial del PCN.
Abril. Intento de golpe de estado, dirigido por el coronel Mejía y por Duarte. Fracasó y Duarte marchó a Venezuela. Molina impulsó algunas medidas económicas para salir de la crisis provocada por la guerra en Honduras: creó las Zonas Francas (empresas extranjeras que buscan mano de obra barata para la crisis mundial); prohibió la creación de sindicatos y bajó los salarios a niveles de explotación; e intenta una Reforma Agraria con objeto de diversificar la economía, ganar apoyo para las elecciones del 77 y paralizar la lucha del pueblo, organizado en el Bloque Popular Revolucionario (BPR) y el Frente de Acción Popular Unificada (FAPU). Los oligarcas propietarios de tierras, organizados en la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), se opusieron a la reforma agraria, y finalmente ésta quedó sobre el papel.
1977. Aumenta la represión contra el pueblo y contra miembros de la iglesia que estaban a favor del pueblo. Monseñor Romero es nombrado Arzobispo de San Salvador. Febrero. Elecciones que gana la UNO, pero les roban el triunfo y la oligarquía y los militares imponen como presidente al general Romero. La Unión Nacional de Oposición (UNO), con el apoyo del pueblo, tomaron la plaza la Libertad durante una semana. El 28 de febrero el ejército invadió la plaza e hizo una carnicería. El 1 de julio se instala en el poder el general Carlos Humberto Romero. Aumenta la represión, asesinatos, capturas, torturas y desaparecidos; aumentan los Escuadrones de la Muerte , Orden, UGB, Falange… La movilización popular se incrementa, continúa luchando por el derecho a la tierra por el aumento de los salarios, por los derechos humanos. Los campesinos toman las tierras, los obreros toman las fábricas, hay movilizaciones de vendedores del mercado, maestros, estudiantes, mujeres…, con el apoyo de Monseñor Romero. La respuesta del gobierno siempre es la misma: disparos, más represión, encarcelamientos, torturas, desaparecidos. El pueblo ve que hace falta cambiarlo todo, y la lucha entra en una etapa más política y revolucionaria. Las organizaciones luchan por un Gobierno Popular.
1979. Agosto. Se forma un Foro Popular. PDC, UDN, MNR y algunas organizaciones y sindicatos exigen la formación de un gobierno democrático, la disolución de los Escuadrones de la Muerte y medidas económicas a favor de los pobres. El gobierno hace caso omiso. 15 de octubre. Golpe de estado. El movimiento de la Juventud Militar derriba al General Romero e instaura una Junta Revolucionaria de Gobierno encabezada por el Coronel Adolfo Majano (dos militares y 3 civiles), en un intento de abrir paso a un proyecto reformista que contuviera la dinámica de confrontación que en aquel momento se encontraba en pleno ascenso. Decretan: 1. Disolución de Orden. 2. Formar una Comisión para investigar el problema de los desaparecidos. 3. Aumentar el salario a los jornaleros de algodón y caña. 4 . Nacionalizar el comercio exterior. Pero la junta no ejercía el poder real, y los sectores más reaccionarios del ejército, con el apoyo de la ANEP, continuaron la represión contra el pueblo. Los civiles de la Junta renunciaron.