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EL PAÍS DE LOS LOTÓFAGOS
Durante nueve días los vientos contrarios empujan las naves aqueas, que -en el día décimo- arriban a la tierra de los "lotófagos". No se dan en el texto indicaciones precisas sobre la dirección del viento ni sobre la distancia recorrida. Los "nueve días" de navegación son difíciles de traducir en millas náuticas o en kilómetros recorridos (de ahí que se haya especulado con la posibilidad de que en esos nueve días las naves de Ulises pudieran haber salido del Mediterráneo hasta alcanzar el Atlántico); por otro lado, la expresión "durante nueve días" es ambigua (en otros lugares del poema se habla de "días con sus noches"). Con todo, sobre las distancias recorridas por las naves antiguas y sobre su velocidad relativa tenemos algunos interesantes datos comparativos historiográficos. Se sabe, por ejemplo, que desde Atenas hasta Mileto, en la costa jonia, una nave griega ligera tardaba tres días. En época romana, en que las técnicas de navegación no habían variado sustancialmente, sabemos que desde Biblos hasta los puertos del delta del Nilo las naves tardaban unos cuatro días de navegación. Cuatro días también, tardó el general romano Mario en llegar desde Útica, junto a Cartago, hasta Roma. Y el propio Julio César empleó unas ocho o nueve horas (un tercio del día) en su travesía desde la Galia hasta Britania por el paso de Calais (y con naves cargadas). Todos estos datos, en principio, parecen confirmar que Ulises no llegó a salir del Mediterráneo en esa primera etapa y que tuvo que llegar a un determinado punto de la costa africana. Sin embargo, se trata en todo caso de medidas marítimas relativas y convencionales (en el Canto II, 434, se sugiere que el viaje por mar entre Ítaca y Pilo podía durar entre diez y doce horas, lo cual nos sugiere otro sistema de distancias mucho más amplias).
En todo caso, la expresión homérica "durante nueve días" está estereotipada y se trata evidentemente de una medida itineraria convencional (en línea recta), válida en tanto en cuanto la podamos comparar sobre el papel -sobre el mapa- con otras diversas distancias precisadas también en "días" de navegación y que aparecen en otros lugares del Poema. Según el historiador griego Polibio, que comenta las posibilidades de este itinerario, "los vientos contrarios no llevan en línea recta y -por tanto- Ulises no debió de avanzar una gran extensión de agua (y salir al Océano), ya que para ello habría que suponer un viento regular y constante". Se olvida el historiador de que el viaje de Ulises es -por decirlo así- puramente teórico y que sus distancias marítimas hay que considerarlas en términos meramente indicativos, relativos e ideales, no absolutos. Con la expresión marinera "vientos contrarios" se quiere indicar sin duda que la navegación no es aquí un viaje perfectamente controlado y gobernado, sino un viaje "de azar" aparentemente fortuito, es decir, un viaje "teórico", como ya hemos dicho.