Respuestas
1. El mayor bien para el mayor número de personas
Stuart Mill estaba muy influido por Jeremy Bentham, un buen amigo de su familia. Si Platón creía que el bien era la verdad, Bentham era un utilitarista radical, y creía que la idea del bien equivalía a lo útil.
John Stuart Mill no llegó a los extremos de Bentham, pero sí que colocó la idea de lo útil en un lugar elevado de su sistema filosófico. A la hora de establecer qué es lo moralmente correcto, pues, estableció que hay que perseguir el mayor bien para el mayor número de personas.
2. La idea de la libertad
Con la finalidad de conseguir el objetivo anterior, las personas deben tener la libertad para establecer qué es aquello que las hace felices y les permite vivir bien. Solo de este modo es posible crear un sistema moral sin que exista una idea totalizadora e impuesta (y por consiguiente contraria a los principios de la Ilustración) de lo bueno.
3. Los límites de la libertad
Para garantizar que los proyectos personales de búsqueda de la felicidad de las personas no se solapan entre sí causando un daño injusto, es importante evitar aquello que perjudique de un modo directo al resto.
4. El sujeto soberano
Ahora bien, no es fácil distinguir entre una situación que beneficia a una persona y una en la que otra sale perdiendo. Para ello, John Stuart Mill sitúa un claro límite que no debe ser traspasado por voluntades impuestas: el propio cuerpo. Algo indudablemente malo es aquello que supone una intromisión indeseada en un cuerpo o en su salud.
Así pues, Stuart Mill establece la idea de que cada persona es soberana de su propio cuerpo y mente. Sin embargo, el cuerpo no es lo único en lo que se crea un límite que no puede ser traspasado, sino lo mínimo, lo seguro en todos los casos, independientemente del contexto. Hay otra frontera moral: la que plantea la propiedad privada. Esta es considerada una extensión del propio sujeto soberano, como el cuerpo.
5. El fixismo
El fixismo es la idea de que los seres permanecen aislados del contexto. Se trata de un concepto muy utilizado en Psicología y en filosofía de la mente, y que John Stuart Mill defendía a pesar de no utilizar esta palabra.
Básicamente, el hecho de considerar que cada persona es soberana sobre su cuerpo y mente es una manera de establecer un marco conceptual en el que el punto de partida es siempre el individuo, algo que se relaciona con lo que hay más allá de sus propiedades adueñándose de ello o negociando, ganando o perdiendo, pero no cambiando.
Esta idea se iopone totalmente, por ejemplo, con la manera conductista de entender al ser humano. Los conductistas, especialmente desde las aportaciones de B. F. Skinner a este campo, creen que cada persona es fruto de las transacciones entre estímulos (lo que perciben) y respuestas (lo que hacen). Dicho de otro modo, que no existen de un modo ajeno al contexto.