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1
“Santidad” humana. (Teoría del dominio. Por una mejor re-interpretación)
Tomás de Aquino, es otro ejemplo más de cómo el ser humano se ha dado demasiada importancia, cuando, señala: “Lo importante no es cómo se comporta el hombre con los animales, pues Dios ha sujetado todas las cosas al poder del hombre (…) Dios no pide cuentas al hombre de lo que éste hace con los bueyes o con otros animales4.” De nuevo hablando “en nombre de Dios”. ¿Quién le dijo que Dios, en un momento dado, no pedía cuentas sobre lo que hiciéramos con los animales? ¿Fue inspiración divina acaso?, ¿se puede pensar esto así, cuando en los mandamientos se señala: Amarás a tu prójimo como a ti mismo? ¿Habría que hablar de prójimo solo como otro humano? ¿No será que el prójimo abarca a todo aquel ser que comparte nuestro mundo?
¿Esto a que nos lleva?, pues a lo que Peter Singer denomina como “Teoría del dominio”. El cual, según Peter Singer, es: “Un punto de vista, no tanto sobre el valor de la vida animal, como sobre el derecho de los seres humanos a disponer de la vida animal cuando les conviene4.” Dice Singer: “El relato bíblico de la creación debe rechazarse, y junto con é, la teoría de dominio” 7. Yo aquí difiero con él. Pienso que el relato y la teoría pueden coexistir con el hombre, siempre y cuando se haga una buena reinterpretación de esto.
Visión mecanicista animal.
Renato Descartes, en su obra “El discurso del método” pone de manifiesto una postura mecanicista acerca del animal, cuando señala: “Los animales son máquinas. Sus movimientos y sonidos no son señales de conciencia en mayor medida que los movimientos y sonidos de un reloj; ciertamente más complicados, pero esto era de esperarse, puesto que los relojes son maquinas hechas por humanos, y los animales son los humanos. Lo que distingue a los humanos –Pensaba él – Es su posesión de un alma inmortal.” Es esta alma inmortal, decía, la responsable de nuestros sentimientos y experiencias mentales”. De esto se deduce que para Descartes, los animales no tienen conciencia. Yo pienso, que ya desde ahí tenemos una falacia: ¿Qué le hizo suponer que “Dios creó máquinas”? ¿Quién se lo dijo? ¿Le llegó por inspiración divina?
Y a esto Peter Singer, responde, en su escrito “Los animales y el valor de la vida” lo siguiente: “Siempre es posible tener una posición escéptica acerca de la conciencia de otros seres, sin embargo, en la práctica ciertamente creemos que otras personas son consientes, y lo creemos sobre la base de una inferencia perfectamente razonable a partir de la similitud de su conducta con la que nosotros manifestamos cuando tenemos dolor. La analogía se fortalece mediante nuestro conocimiento de que otras personas no son robots, sino que son semejantes a nosotros en origen y en características anatómicas básicas, incluyendo los rasgos anatómicos que parecen estar asociados con el dolor, el placer y otros estados mentales.” 3 Bien es cierto que la ignorancia suele culminar siempre en algo negativo: Intolerancia, discriminación, etc. Y en este caso, no es la excepción. Si nosotros como seres humanos, comprendemos que los animales, poseen similitudes en cuanto a la anatomía (posesión de fibras nerviosas que les brindan la capacidad de sentir dolor, reacciones similares a las que tenemos nosotros cuando experimentamos sensaciones, entre otras cuestiones) podremos comenzar a tomar conciencia sobre las semejanzas tan grandes con los animales. En que, la brecha que supuestamente nos separa, no es abismal, como Descartes nos podría hacer creer.
Todo esto ¿A qué nos lleva?, pues a una deformada visión de la realidad, en la que la vida humana es santa, única, y que está “por encima” de las demás formas de vida. Esto podría ser comparado con el “machismo”: El hombre es superior a la mujer, porque tiene mayor fuerza física, o por el simple hecho de no ser mujer. ¿Cómo es que se decidió que la mujer “era inferior”?... Así sucede con los animales. De repente nosotros decidimos que eran inferiores y que el sufrimiento que les causamos está justificado. “Los animales no sienten”, era y sigue siendo el pensamiento dominante.
Ante la postura de Descartes, Voltaire lo refuta de esta manera:
Hay salvajes que se apoderan de este perro (se refiere a Descartes), que tan sobradamente supera
Al hombre en fidelidad y amistad, lo clavan a una mesa y lo despedazan
Vivo para mostrar sus venas mesentéricas. Se descubren en él los mismos
Órganos sensoriales que en uno mismo. Contéstame, mecanicista, ¿es que
la Naturaleza ha dispuesto todos los resortes sensoriales en este animal
con el fin de que no sienta?*.
Tomás de Aquino, es otro ejemplo más de cómo el ser humano se ha dado demasiada importancia, cuando, señala: “Lo importante no es cómo se comporta el hombre con los animales, pues Dios ha sujetado todas las cosas al poder del hombre (…) Dios no pide cuentas al hombre de lo que éste hace con los bueyes o con otros animales4.” De nuevo hablando “en nombre de Dios”. ¿Quién le dijo que Dios, en un momento dado, no pedía cuentas sobre lo que hiciéramos con los animales? ¿Fue inspiración divina acaso?, ¿se puede pensar esto así, cuando en los mandamientos se señala: Amarás a tu prójimo como a ti mismo? ¿Habría que hablar de prójimo solo como otro humano? ¿No será que el prójimo abarca a todo aquel ser que comparte nuestro mundo?
¿Esto a que nos lleva?, pues a lo que Peter Singer denomina como “Teoría del dominio”. El cual, según Peter Singer, es: “Un punto de vista, no tanto sobre el valor de la vida animal, como sobre el derecho de los seres humanos a disponer de la vida animal cuando les conviene4.” Dice Singer: “El relato bíblico de la creación debe rechazarse, y junto con é, la teoría de dominio” 7. Yo aquí difiero con él. Pienso que el relato y la teoría pueden coexistir con el hombre, siempre y cuando se haga una buena reinterpretación de esto.
Visión mecanicista animal.
Renato Descartes, en su obra “El discurso del método” pone de manifiesto una postura mecanicista acerca del animal, cuando señala: “Los animales son máquinas. Sus movimientos y sonidos no son señales de conciencia en mayor medida que los movimientos y sonidos de un reloj; ciertamente más complicados, pero esto era de esperarse, puesto que los relojes son maquinas hechas por humanos, y los animales son los humanos. Lo que distingue a los humanos –Pensaba él – Es su posesión de un alma inmortal.” Es esta alma inmortal, decía, la responsable de nuestros sentimientos y experiencias mentales”. De esto se deduce que para Descartes, los animales no tienen conciencia. Yo pienso, que ya desde ahí tenemos una falacia: ¿Qué le hizo suponer que “Dios creó máquinas”? ¿Quién se lo dijo? ¿Le llegó por inspiración divina?
Y a esto Peter Singer, responde, en su escrito “Los animales y el valor de la vida” lo siguiente: “Siempre es posible tener una posición escéptica acerca de la conciencia de otros seres, sin embargo, en la práctica ciertamente creemos que otras personas son consientes, y lo creemos sobre la base de una inferencia perfectamente razonable a partir de la similitud de su conducta con la que nosotros manifestamos cuando tenemos dolor. La analogía se fortalece mediante nuestro conocimiento de que otras personas no son robots, sino que son semejantes a nosotros en origen y en características anatómicas básicas, incluyendo los rasgos anatómicos que parecen estar asociados con el dolor, el placer y otros estados mentales.” 3 Bien es cierto que la ignorancia suele culminar siempre en algo negativo: Intolerancia, discriminación, etc. Y en este caso, no es la excepción. Si nosotros como seres humanos, comprendemos que los animales, poseen similitudes en cuanto a la anatomía (posesión de fibras nerviosas que les brindan la capacidad de sentir dolor, reacciones similares a las que tenemos nosotros cuando experimentamos sensaciones, entre otras cuestiones) podremos comenzar a tomar conciencia sobre las semejanzas tan grandes con los animales. En que, la brecha que supuestamente nos separa, no es abismal, como Descartes nos podría hacer creer.
Todo esto ¿A qué nos lleva?, pues a una deformada visión de la realidad, en la que la vida humana es santa, única, y que está “por encima” de las demás formas de vida. Esto podría ser comparado con el “machismo”: El hombre es superior a la mujer, porque tiene mayor fuerza física, o por el simple hecho de no ser mujer. ¿Cómo es que se decidió que la mujer “era inferior”?... Así sucede con los animales. De repente nosotros decidimos que eran inferiores y que el sufrimiento que les causamos está justificado. “Los animales no sienten”, era y sigue siendo el pensamiento dominante.
Ante la postura de Descartes, Voltaire lo refuta de esta manera:
Hay salvajes que se apoderan de este perro (se refiere a Descartes), que tan sobradamente supera
Al hombre en fidelidad y amistad, lo clavan a una mesa y lo despedazan
Vivo para mostrar sus venas mesentéricas. Se descubren en él los mismos
Órganos sensoriales que en uno mismo. Contéstame, mecanicista, ¿es que
la Naturaleza ha dispuesto todos los resortes sensoriales en este animal
con el fin de que no sienta?*.
Respuesta dada por:
1
tradicion, experimentos, husan sus pieles para elaborar ropa, para domesticarlos, para trabajo como el burro y el caballo
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