Disculpen es que me pidieron crear un cuento de máximo 4 párrafos y que en el texto traiga descripciones físicas y psicológicas porfavor me pueden ayudar se lo agradecería mucho
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1
tienes que comensar sabiendo de que tema va a hacer quienes van a ser sus personajes describe su caracter su fisico como es que le gusta que no en que entorno se encuentra y por que esta ayi como se desenvuelve con quienes la rodean o lo rodean su edad etc......
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2
Era una noche fría. No muy fría para ser una noche en Inglaterra. Unos diez grados bajo cero... un juego para un inglés. Había llegado de intercambio a Londres hace unos cuantos meses, y me sorprendía que aún no me adaptase al intermitente y cruel frío de la capital. Miro la estantería del closet en la cual ponía mis libros de literatura francesa del siglo XVIII. Me dirijo al baño, y como acostumbro me miro al espejo. A veces me pregunto ¿a que horas se me ha ido la juventud... tan... rápido... tan de repente y de golpe? Me echo a reír por supuesto, soy un hombre de treinta y cuatro años, ¡vida es lo que me sobra! Perfilo mi rostro, sonrió al ver mi enorme nariz aguileña perforada a un lado -en definitiva mi peor error-, peino mi cabello rizado y golpeó mis mejillas hasta que la piel pálida de mi rostro se torne rosa. Sonrió, ahí mi simpática sonrisa con mis dientes torcidos y amarillentos debido a mi adición al tabaco. Era un desastre, pero amaba ser un auténtico desastre.
Salgo al balcón del hostal en el que me he estado quedando, donde esa anciana ciega con de tez clara, verrugas en toda la cara y enormes ojeras que enmarcaban sus ojos verdes de vidrio me esperaba cada noches para que le pagase los cuatro euros para cada noche. La anciana era una persona sabia, noble y con conciencia. Se notaba a leguas que había vivido mucho tiempo y que era fuerte y luchadora. Hacia segundo semestre de psicología y algo de lo que disfrutaba, era leer a las personas. Tener razón. Respiro ese aire con olor a humedad descriptivo del hostal, debido a la lluvia tiene muchos problemas de humedad. Doy una segunda inhalación al aire fresco de esa noche antes de sacar mi cigarrillo. La anciana hacía café. Como cada noche a la misma hora. Esa calle se caracteriza por ser bastante tranquila, es un vecindario de descanso en el cual frecuentan ancianos y enfermas. Perfecto. Todo estaba en silencio, solo se escuchaba el trineo de las chicharras y como la lluvia chocaba con la acera... votó el humo que guardaba en mis pulmones en una larga bocada. Oigo pasos y un dulce silbido. Abro mis ojos como platos, y al reaccionar, olvido todo lo que hacía, el humo toma un mal camino y toso repetidas veces intentando sacar el humo de mi mecanismo.
Los paso paran. Una chica rubia de tez dorada con aires a estadounidense paseaba a un perro. Quizá fuera nueva. Al parecer era una chica fuerte, extrovertida y divertida. Era perfecta, tal como esa noche. Bajo rápidamente los peldaños espreranzado a que ella me esparase abajo. Pero... Como temía no estaba... seguí caminando por la misma acera que ella unos minutos hasta que pensé “de seguro ella se devolvió a su casa” vuelvo al hostal algo deprimido, cruzo el umbral y una suave voz me llama “Guillaume” volteo, la chica me mira y al instante baja su mirada. Todo aquello que había montado sobre su personalidad cayó enseguida. Era todo lo contrario, una chica adorable, introvertida e insegura. Me conmoví por un momento, pero.... ella sabia mi nombre. No la conocía, pero quizá ella sí a mi. Trago saliva y antes de poder preguntarle cualquier cosa, la anciana mete un grito“Maddy ven, el café esta listo y tú comida también, está lloviendo y me ensuciarás la casa!” ¿Su perro? Su perro no estaba afuera, tampoco era el perro de la chica. Entonces... Quedo frío al ver como esa hermosa mujer rubia de tez dorada y ojos verde al pasar el umbral, transforma su esbelta figura a Maddy: el cachorro de la anciana. El perro que ella paseaba desaparece y Maddy vuelve al interior del hostal. No logré dormir esa noche, no puedo parara de pensar en esa hermosa chica.
Salgo al balcón del hostal en el que me he estado quedando, donde esa anciana ciega con de tez clara, verrugas en toda la cara y enormes ojeras que enmarcaban sus ojos verdes de vidrio me esperaba cada noches para que le pagase los cuatro euros para cada noche. La anciana era una persona sabia, noble y con conciencia. Se notaba a leguas que había vivido mucho tiempo y que era fuerte y luchadora. Hacia segundo semestre de psicología y algo de lo que disfrutaba, era leer a las personas. Tener razón. Respiro ese aire con olor a humedad descriptivo del hostal, debido a la lluvia tiene muchos problemas de humedad. Doy una segunda inhalación al aire fresco de esa noche antes de sacar mi cigarrillo. La anciana hacía café. Como cada noche a la misma hora. Esa calle se caracteriza por ser bastante tranquila, es un vecindario de descanso en el cual frecuentan ancianos y enfermas. Perfecto. Todo estaba en silencio, solo se escuchaba el trineo de las chicharras y como la lluvia chocaba con la acera... votó el humo que guardaba en mis pulmones en una larga bocada. Oigo pasos y un dulce silbido. Abro mis ojos como platos, y al reaccionar, olvido todo lo que hacía, el humo toma un mal camino y toso repetidas veces intentando sacar el humo de mi mecanismo.
Los paso paran. Una chica rubia de tez dorada con aires a estadounidense paseaba a un perro. Quizá fuera nueva. Al parecer era una chica fuerte, extrovertida y divertida. Era perfecta, tal como esa noche. Bajo rápidamente los peldaños espreranzado a que ella me esparase abajo. Pero... Como temía no estaba... seguí caminando por la misma acera que ella unos minutos hasta que pensé “de seguro ella se devolvió a su casa” vuelvo al hostal algo deprimido, cruzo el umbral y una suave voz me llama “Guillaume” volteo, la chica me mira y al instante baja su mirada. Todo aquello que había montado sobre su personalidad cayó enseguida. Era todo lo contrario, una chica adorable, introvertida e insegura. Me conmoví por un momento, pero.... ella sabia mi nombre. No la conocía, pero quizá ella sí a mi. Trago saliva y antes de poder preguntarle cualquier cosa, la anciana mete un grito“Maddy ven, el café esta listo y tú comida también, está lloviendo y me ensuciarás la casa!” ¿Su perro? Su perro no estaba afuera, tampoco era el perro de la chica. Entonces... Quedo frío al ver como esa hermosa mujer rubia de tez dorada y ojos verde al pasar el umbral, transforma su esbelta figura a Maddy: el cachorro de la anciana. El perro que ella paseaba desaparece y Maddy vuelve al interior del hostal. No logré dormir esa noche, no puedo parara de pensar en esa hermosa chica.
cece13:
Espero te guste y te sirva ¡suerte! Por fa regálame un Gracias!!
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