Respuestas
1. Como es bien sabido, las construcciones existenciales en latín utilizaban el verbo ESSE
acompañado de un sustantivo en nominativo, pero en algunos textos latino tardíos comienzan a
aparecer ejemplos de construcciones de carácter existencial con HABERE y un sustantivo en
acusativo (Bourciez 1946: 252-253; Väänänen 1963: 136-137), del tipo “in arca Noe habuit
homines” (Hier. Ep. 123,9, apud Bourciez 1946, 252), “habet in bibliotheca Ulpia librum
elephantinum” (Vopisc. Tac. 8,1, apud Väänänen 1963: 137). La razón del surgimiento de esta
construcción no es fácil de clarificar. A veces se ha querido explicar como consecuencia de la
contaminación o “fusión” de dos estructuras: la existencial con ser acompañada de un
complemento locativo, y la construcción posesiva con haber, en la que el sujeto coincidiría con
el complemento de lugar de la anterior. Así comentaba Cuervo (Bello 1988 [1847]: 930, n. 104)
que el uso impersonal de haber para expresar existencia “proviene sin duda de la fusión de
frases sinónimas: “Hubo guerras en España” nace de “Fueron guerras en España” + “España
hubo guerras”, tomándose los dos verbos ser y haber en las acepciones antiguas ‘existir’ y
‘tener’. Esta fusión debía de verificarse ya en latín vulgar”; y en la misma línea argumenta
Bassols de Climent (1948a: 82-83; 1948b) cuando señala que una frase como Domus habet
multum uinum es casi sinónima de domi est multum vinum, y “la analogía conceptual entre
ambos giros determinó que el primero (domus habet) se adaptara en parte a la construcción del
segundo (domi est) en el sentido de que el concepto que hacía las veces de sujeto del verbo
habere pasó a locativo como sucede en la construcción del verbo sum” (Bassols de Climent
1948a: 83). La explicación, aunque posible, parece algo rebuscada y “ad hoc”: no parece tan
sencillo transformar el sujeto en un complemento locativo (que, por otra parte, aunque muy
frecuente, no es obligatorio en las construcciones existenciales), y queda además la dificultad