Respuestas
Érase una vez una ardilla que vivía en lo alto de los árboles y que todos los días iba saltando de árbol en árbol hasta llegar al campo que ella misma cultivaba.
Cuando llegó el tiempo de la recolección, el conejo hizo un camino desde su madriguera hasta llegar al campo de la ardilla. Y al día siguiente el conejo fue a hablar con el alcalde del pueblo para decirle que la ardilla quería quitarle su campo.
Entonces el alcalde hizo que fueran a juzgar a la ardilla y al conejo. Los jueces le pidieron al conejo que presentara las pruebas que demostraran que el campo era suyo. El conejo dijo:
– Este es el camino que va desde mi madriguera hasta el campo.
Tanto los jueces como el conejo recorrieron todo el camino que conducía al campo.
Después los jueces también pidieron a la ardilla que demostrara que el campo era de ella. La ardilla dijo:
– Todos los días voy de árbol en árbol desde mi casa hasta llegar a mi campo.
Entonces los jueces decidieron que la ardilla estaba mintiendo y le dieron el campo al conejo.
Pasado un año, un viernes, el día de la oración, la ardilla se cubrió todo el cuerpo de miel, y se echó por encima de la miel una gran cantidad de ceniza. Además, se puso en la cabeza mucho algodón. Con ese aspecto se fue a la puerta de la mezquita y se quedó tumbada esperando a que salieran de rezar.
Cuando la gente salió de la mezquita todos se preguntaban qué era aquello, pero ninguno lo sabía. Así que decidieron llamar al conejo para preguntarle qué era aquello, puesto que él era el más listo.
El conejo al llegar miró durante mucho rato a la ardilla disfrazada, y dijo:
– Yo soy muy listo, tanto que pude engañar a la ardilla para quitarle su campo. Pero a pesar de eso no tengo ni idea de qué animal es este.
Al escuchar esto la ardilla se abalanzó sobre el conejo para darle un cachete y dijo:
– ¡Ya habéis escuchado que me quitó mi campo! ¡Yo tenía razón!
Visto el engaño los jueces hicieron que el conejo le pagara a la ardilla el uso del campo de todo ese año que había pasado y que le devolviera el campo.
Moraleja: Por muy listo que seas, algún día te encontrarás con alguien que lo sea todavía más.
SEÑORA CONEJO Y SEÑOR ARDILLA
HABÍA UNA VEZ EN UN BOSQUE MARAVILLOSO CON ANIMALES PEQUEÑOS Y GRANDES, CON FLORES ROSAS Y AZULES, CON PINOS Y ROBLES, EN ESTE BOSQUE HABITABAN TODO TIPO DE ANIMALITOS: CIERVOS, TOPOS, RANAS, MARIPOSAS, PAJARITOS, BÚHOS, Y DEMÁS HABÍAN DOS VECINOS EL SEÑOR ARDILLA Y LA SEÑORA CONEJA, LA SEÑORA CONEJA CREÍA QUE LA BELLEZA ERA LO MÁS IMPORTANTE Y SE ALEJABA MUY A MENUDO DE EL SEÑOR ARDILLA QUE SIEMPRE SE LA PASABA TRABAJANDO Y CASI NUNCA TENIA TIEMPO DE ARREGLARSE, EL SEÑOR ARDILLA CREÍA QUE TODOS DEBÍAN DE TRABAJAR EN VEZ DE ARREGLARSE REFIRIÉNDOSE A LA SEÑORA CONEJA, UN DÍA RECIBIERON UNA INVITACIÓN POR PARTE DE LA SEÑORA MARIPOSA UNA INVITACIÓN TODOS LOS HABITANTES DEL BOSQUE PARA LA FIESTA QUE DARÍA POR LA LLEGADA DE LA PRIMAVERA, LA SEÑORA CONEJA PENSÓ QUE SI SE APRESURABA PODRÍA TERMINAR DE ARREGLARSE PARA IR A LA FIESTA, PUES TENÍA MUCHO TRABAJO QUE HABÍA DEJADO DEL DÍA ANTERIOR; EL SEÑOR ARDILLA COMENZÓ A ARREGLARSE ÚES CREYÓ QUE YA HABÍA TERMINADO TODAS SUS TAREAS, TAN SOLO FALTABAN UN PAR DE HORAS PARA QUE COMENZARA LA FIESTA Y NO HABÍA SEÑAL DE LA SEÑORA CONEJA NI DE EL SEÑOR ARDILLA, AL INICIAR LA FIESTA LA SEÑORA MARIPOSA AGRADECIÓ A LOS INVITADOS Y LES DIJO QUE ESTA FIESTA NO SOLO ERA PARA CELEBRAR LA PRIMAVERA SI NO PARA CELEBRAR SUS DIFERENCIAS, POCO DESPUÉS LLEGÓ EL SEÑOR ARDILLA Y LA SEÑORA CONEJA, ELLA AL VERLO LE DIJO QUE MARAVILLA QUE SE HAYA ARREGLADO TAN MARAVILLOSAMENTE SEÑOR ARDILLA, A LO QUE EL SEÑOR ARDILLA CONTESTÓ: GRACIAS, ME PARECE QUE LE DEBO UNA DISCULPA SEÑORA CONEJO SIEMPRE HAY TIEMPO PARA ARREGLARSE Y LUCIR BIEN; NO SEÑOR ARDILLA YO SE LA DEBO A USTED SIEMPRE HE CRITICADO SUS COSTUMBRES Y SIN SABER QUE ESTO ESTA MUY MAL LO LAMENTO ENSERIO.
TODOS REUNIDOS CELEBRARON EN LA MARAVILLOSA FIESTA
MORALEJA:
VALORA, Y RESPETA LAS COSTUMBRES, IDEAS Y PENSAMIENTOS DE LOS DEMÁS AÚN CUANDO SEAN CONTRARIOS A LOS TUYOS
autor: Alexandra Salvador Bustamante
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