Respuestas
Uno de los problemas que agobia a nuestro país, sobre todo a su población, y especialmente a las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes es la persistencia del conflicto social y armado. Desde la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, una de las expresiones organizadas de los pobladores de los territorios rurales de nuestro país, entendemos perfectamente el significado de una guerra que no termina y que en forma frecuente tiende a ser atizada con el verbo incendiario propio de los admiradores de las soluciones militares. Nuestras familias, nuestras mujeres, nuestros hombres, nuestros hijos conocen muy bien la forma como su vida política, económica, social y cultural, así como su cotidianidad ha sido transformadas estructuralmente para tener que organizarse bajo el fuego.
Esa experiencia de vida nos da toda la autoridad para formular algunas consideraciones sobre la dinámica y la tendencia del conflicto colombiano, para manifestar nuestras preocupaciones acerca de su prolongación indefinida, y sobre todo para proponerle a la sociedad colombiana, especialmente a los pobladores urbanos la urgencia de poder marchar juntos en la búsqueda de salidas que abran las posibilidades de una vida en paz con justicia social, es decir, que exploren y logren proyectar una solución política al conflicto. Nuestra aspiración no está precedida de consideraciones sobre “el momento oportuno”, o basada en el cálculo político o militar para la resolución de conflictos.