• Asignatura: Geografía
  • Autor: galori524
  • hace 8 años

causas por la que se han modificado las rutas o flujos migratorios entre paises de bajo desarrollo economico y las potencias financieras

Respuestas

Respuesta dada por: jahir200200
28

Los desplazamientos masivos de grupos humanos más allá de sus fronteras

habituales son una constante de la historia de la humanidad. En sus orígenes como especie

los homínidos constituían grupos nómadas que establecían su residencia, siempre

provisional, en función de la disponibilidad de recursos para su manutención. En una etapa

posterior se impuso el sedentarismo, aunque de forma nunca acabada (en la actualidad hay

millones de personas integradas en grupos que siguen practicando el nomadismo). Los

historiadores han constatado la existencia de migraciones importantes desde hace más de

cuatro mil años (la primera de ellas, en torno al 2300 a.C., desde Anatolia a la península

griega), que se han realizado bajo diversas formas: nomadismo, trashumancia, peregrinaje,

éxodos y traslados forzosos, colonizaciones, etc. Por ejemplo, las grandes civilizaciones

mediterráneas (Fenicia, Cartago, Grecia y Roma) organizaron flujos emigratorios para

exportar el “excedente” social que se acumulaba en sus fronteras interiores como método

para garantizar el orden político1

.

En cada gran período histórico las migraciones han adoptado formas y funciones

diferenciadas; aquí nos detendremos sólo en las que se registran desde la constitución de

una economía-mundo y del surgimiento de los estados-nación en Europa, a partir del siglo

XVI. La construcción social de un nuevo sistema que comenzó a organizar las identidades

en función de un concepto de ciudadanía ligado al de nacionalidad, creó a su vez el

concepto moderno de extranjero2

. Las fronteras del estado-nación y la globalización

creciente de la economía crearon las condiciones para un nuevo tipo de procesos

migratorios, que alcanzaron dimensiones hasta entonces desconocidas. Aunque el prejuicio

dominante afirma que los estados-nación son la expresión institucional de un “pueblo”,

1

Para una visión de conjunto de las migraciones internacionales, en el pasado y en la actualidad, ver

BLANDIN, C. (Ed.), Atlas de las migraciones. Las rutas de la humanidad, Akal, UNED y Le Monde

Diplomatique, Valencia, 2010.

2

Sobre las implicaciones sociales y jurídicas de la categoría de extranjero en distintos períodos históricos,

ver ÁLVAREZ DORRONSORO, I., Diversidad cultural y conflicto nacional, Talasa, Madrid, 1993.

5

considerado como colectivo étnicamente homogéneo, la historia muestra que las

migraciones han tenido gran importancia en la construcción de las naciones. Durante este

período el factor político ha tenido una importancia crucial en la génesis de movimientos

humanos: por un lado, la pretensión de las nacientes burguesías de asentar su hegemonía

sobre el resto de la sociedad provocó la exclusión de minorías (grupos religiosos, gentes de

“mal vivir” peligrosas para el orden social, etc.) que se vieron abocadas al éxodo. Además,

el colonialismo de los estados imperiales de la época estuvo acompañado de una

“estrategia civilizadora”, que difundió pautas culturales de las sociedades europeas a lo

largo del mundo colonizado.

Nuestra descripción de los principales flujos migratorios internacionales, sean

norte-sur, sur-norte o sur-sur, se estructura a partir del papel jugado en los últimos siglos

por las dos instituciones a las que nos hemos referido: la paulatina constitución de una

economía-mundo capitalista y el surgimiento de una nueva arquitectura política de

estados-nación mutuamente jerarquizados. La mundialización creciente de la economía

creó las condiciones para nuevos movimientos de población y la gestión de esos flujos

migratorios corrió a cargo de un nuevo sistema político, que comenzó a organizar las

identidades en función de la pertenencia nacional. Desde esta perspectiva, que

explayaremos en el apartado 2, las migraciones internacionales modernas responden

principalmente -no exclusivamente- a dos procesos interrelacionados

La expansión del capital que, para revalorizarse, necesita asalariar a la población

trabajadora; esto ha implicado, entre otras cosas, la quiebra paulatina de culturas

económicas no capitalistas y el traslado forzoso o voluntario de trabajadores a

enclaves productivos para el capital. Generalmente los flujos de población han

seguido a las inversiones y éstas se han orientado hacia aquellos espacios y sectores

donde podían obtener mayores beneficios. En ocasiones, sin embargo, las

inversiones han tenido el efecto contrario, como ocurre en la agricultura y el

artesanado tradicional, sectores en los que la tecnificación del trabajo incrementa la

productividad y da lugar a un excedente de mano de obra

Respuesta dada por: alexaquirozz18
6

Respuesta:

Los desplazamientos masivos de grupos humanos más allá de sus fronteras

habituales son una constante de la historia de la humanidad. En sus orígenes como especie

los homínidos constituían grupos nómadas que establecían su residencia, siempre

provisional, en función de la disponibilidad de recursos para su manutención. En una etapa

posterior se impuso el sedentarismo, aunque de forma nunca acabada (en la actualidad hay

millones de personas integradas en grupos que siguen practicando el nomadismo). Los

historiadores han constatado la existencia de migraciones importantes desde hace más de

cuatro mil años (la primera de ellas, en torno al 2300 a.C., desde Anatolia a la península

griega), que se han realizado bajo diversas formas: nomadismo, trashumancia, peregrinaje,

éxodos y traslados forzosos, colonizaciones, etc. Por ejemplo, las grandes civilizaciones

mediterráneas (Fenicia, Cartago, Grecia y Roma) organizaron flujos emigratorios para

exportar el “excedente” social que se acumulaba en sus fronteras interiores como método

para garantizar el orden político1

.

En cada gran período histórico las migraciones han adoptado formas y funciones

diferenciadas; aquí nos detendremos sólo en las que se registran desde la constitución de

una economía-mundo y del surgimiento de los estados-nación en Europa, a partir del siglo

XVI. La construcción social de un nuevo sistema que comenzó a organizar las identidades

en función de un concepto de ciudadanía ligado al de nacionalidad, creó a su vez el

concepto moderno de extranjero2

. Las fronteras del estado-nación y la globalización

creciente de la economía crearon las condiciones para un nuevo tipo de procesos

migratorios, que alcanzaron dimensiones hasta entonces desconocidas. Aunque el prejuicio

dominante afirma que los estados-nación son la expresión institucional de un “pueblo”,

1

Para una visión de conjunto de las migraciones internacionales, en el pasado y en la actualidad, ver

BLANDIN, C. (Ed.), Atlas de las migraciones. Las rutas de la humanidad, Akal, UNED y Le Monde

Diplomatique, Valencia, 2010.

2

Sobre las implicaciones sociales y jurídicas de la categoría de extranjero en distintos períodos históricos,

ver ÁLVAREZ DORRONSORO, I., Diversidad cultural y conflicto nacional, Talasa, Madrid, 1993.

5

considerado como colectivo étnicamente homogéneo, la historia muestra que las

migraciones han tenido gran importancia en la construcción de las naciones. Durante este

período el factor político ha tenido una importancia crucial en la génesis de movimientos

humanos: por un lado, la pretensión de las nacientes burguesías de asentar su hegemonía

sobre el resto de la sociedad provocó la exclusión de minorías (grupos religiosos, gentes de

“mal vivir” peligrosas para el orden social, etc.) que se vieron abocadas al éxodo. Además,

el colonialismo de los estados imperiales de la época estuvo acompañado de una

“estrategia civilizadora”, que difundió pautas culturales de las sociedades europeas a lo

largo del mundo colonizado.

Nuestra descripción de los principales flujos migratorios internacionales, sean

norte-sur, sur-norte o sur-sur, se estructura a partir del papel jugado en los últimos siglos

por las dos instituciones a las que nos hemos referido: la paulatina constitución de una

economía-mundo capitalista y el surgimiento de una nueva arquitectura política de

estados-nación mutuamente jerarquizados. La mundialización creciente de la economía

creó las condiciones para nuevos movimientos de población y la gestión de esos flujos

migratorios corrió a cargo de un nuevo sistema político, que comenzó a organizar las

identidades en función de la pertenencia nacional. Desde esta perspectiva, que

explayaremos en el apartado 2, las migraciones internacionales modernas responden

principalmente -no exclusivamente- a dos procesos interrelacionados

La expansión del capital que, para revalorizarse, necesita asalariar a la población

trabajadora; esto ha implicado, entre otras cosas, la quiebra paulatina de culturas

económicas no capitalistas y el traslado forzoso o voluntario de trabajadores a

enclaves productivos para el capital. Generalmente los flujos de población han

seguido a las inversiones y éstas se han orientado hacia aquellos espacios y sectores

donde podían obtener mayores beneficios. En ocasiones, sin embargo, las

inversiones han tenido el efecto contrario, como ocurre en la agricultura y el

artesanado tradicional, sectores en los que la tecnificación del trabajo incrementa la

productividad y da lugar a un excedente de mano de obra

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