Respuestas
ya,
Antígona, la tragedia de Sófocles escrita en Atenas en 442 a.C., es usualmente la oportunidad para una discusión profunda sobre la desobediencia civil. Ha sido considerada como el pronunciamiento clásico de la lucha entre la ley de la conciencia individual y el poder centralizado del estado. Y estos temas sí, son temas de la tragedia.
La obra termina con la destrucción humana de la felicidad de Creonte, el rey de Tebas.Antígona, la tragedia de Sófocles escrita en Atenas en 442 a.C., es usualmente la oportunidad para una discusión profunda sobre la desobediencia civil. Ha sido considerada como el pronunciamiento clásico de la lucha entre la ley de la conciencia individual y el poder centralizado del estado. Y estos temas sí, son temas de la tragedia. La obra termina con la destrucción humana de la felicidad de Creonte, el rey de Tebas.
Pero retrocedamos para revisar el trasfondo de lo que pasó previo al inicio de la obra. Los hijos de Edipo Rey de su matrimonio incestuoso con su propia madre, Jocasta, son Polinices y Eteocles quienes iban a compartir el reino de Tebas después del exilio y muerte de su padre. Pero pelean entre sí por reinar en Tebas y se matan en combate. Eteocles es considerado defensor de Tebas y es enterrado con plenos honores. Polinices, por el contrario, es considerado un traidor y su cadáver es abandonado, a las órdenes de Creonte, sin entierro para que los perros y las aves lo consuman. El desconocimiento de Polinices del acuerdo entre él y su hermano en cuestión de quien iba reinar es castigado con la muerte y su cadáver queda tirado fuera de las murallas de la ciudad mientras que la hermana de Polinices, Antígona, intenta convencer a su hermana, Ismene, de desobedecer el edicto de su tío, Creonte, quien públicamente ha advertido: quien dé entierro ritual a Polinices va a sufrir la pena de muerte.
Te puede interesar:Los empresarios en los tiempos de William Shakespeare
No hay dioses en esta tragedia: es un dilema humano que está presentado para que la audiencia pueda contemplar la cuestión moral y legal de la desobediencia civil. En otras palabras, Antígona, una niña de unos 14-15 años, no casada, ha decidido enterrar a su hermano Polinices, a sabiendas de que sufrirá la pena de muerte por ello.
Su argumento es que las leyes divinas de los dioses que ordenan entierro ritual para asegurar la paz eterna del alma del fallecido están por encima de las leyes humanas que las contradicen, así como ocurre (según Antígona) con el edicto de Creonte. Antígona sabe que va a morir por enterrar a su hermano, pero ella considera que, enfrentando la ley decretada por Creonte, su decisión individual es, según su conciencia, lo más correcto.
Eventualmente hay enfrentamiento público entre Antígona y Creonte y ella confiesa de manera pública que sabe de la ley decretada por Creonte, pero que la considera nula; entierra a su hermano, Polinices, y se prepara a morir como consecuencia de su decisión. Antígona, en otras palabras, opta para la lealtad a su familia y a los dioses como el bien más deseado, mientras Creonte, como rey, opta a favor de su deber de proteger la polis contra la traición y la guerra civil