Respuestas
Había una vez una india llamada Atioló. Atioló se casó con Zatiamaré y cuando Atioló estaba embarazada el río subió. Atioló tuvo una niña y Zatiamaré estaba muy furioso y no quería hablar con su niña porque quería un niño. Zatiamaré dijo que quería abondonar a su hija en la copa de un árbol.
Atioló quedó embarayada otra vez y tuvo un niño llamado Tarumá. Zatiamaré sentía contento y cargaba a su hijo para atravesar el río, para contarle historias.
Mani quería entonces ser enterradar viva. Atioló enterró a su hija en un hueco en lo alto de un cerro. Después Atioló enterró a su hija la segunda vez a la orilla del río y la última vez en medio del monte.
Un día, después pasó mucho tiempo, Atioló fue al monte y en lugar de Mani encontró una planta muy verde y alta. Atioló llevó la planta a su casa. La planta era la mandioca.
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