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El hombre estaba totalmente deprimido. Parado a un lado de la calle, hablábamos a través de la ventana de mi auto.
Su esposa lo había dejado. No tenía trabajo. Cada día era una carga, y peor aún, él era una carga para el mundo. En sus propias palabras, era "totalmente inútil".
Intenté animarlo con palabras de esperanza, pero él estaba firme en su creencia. Lo dejé con algún pensamiento optimista, di una vuelta en u y me alejé, feliz de pasar a algo más alegre.
De repente el hombre gritó, "¡Altooooo!". Apreté de golpe los frenos justo en el momento en que pasaba a gran velocidad un camión de mudanza. Y le dije: "Si usted no me hubiera gritado, en este momento estaría muerto. ¡Unos segundos atrás usted se sentía inútil sin propósito en la vida, y ahora ha salvado mi vida! A partir de este momento, cada buena acción que haga también se le acreditará a su cuenta". Su cara se iluminó, mientras los muchos meses de depresión se desvanecían.
Hay un amanecer, incluso las noches más oscuras pasan. Nadie sabe lo que traerá el próximo momento y negar la esperanza es negar el hecho -constantemente demostrado- que, "Esto también pasará."