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Los chalecos antibala se fabrican con materiales sintéticos que se crean a partir de tratamientos químicos y demás técnicas que en definitiva buscan incrementar la densidad del producto final con el mínimo incremento de masa y volumen posible.
Basándonos en este hecho, puramente físico, y de responsabilidad civil ante cualquier defecto que pudiera ocasionar un mal funcionamiento del producto, ni los fabricantes del tejido, ni los de los paneles balísticos, pueden garantizar su producto más allá de la fecha de caducidad que, dependiendo de cada fabricante, viene determinada por las pruebas internas de envejecimiento acelerado se le realizan a los paneles. l junto con el calor, generaría la proliferación de hongos y bacterias que aceleran su envejecimiento.
Por todos estos motivos, los chalecos antibalas tienen fecha de caducidad tras las pruebas a los que son sometidos.