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La idea partió del chef Michel Nischan, fundador en 2007 de la organización "Wholesome Wave", que comenzó en 2010 a implementar un proyecto piloto para suministrar frutas y verduras con prescripción médica en varias comunidades de siete estados de EU.
En Los Ángeles la misma idea tomó forma en FVRx, con ayuda de las tiendas Target, que donaron 1.2 millones de dólares, así como de las clínicas Eisner de Los Ángeles y de seis mercados de pequeños agricultores locales.
El programa se extendió en junio de 2017 con la subvención de Target aumentada a 1.5 millones de dólares, según informó su portavoz, Lee Henderson, para abarcar también a pacientes del hospital Memorial Herman de Houston, Texas, y al centro de salud comunitario Jesse Trice de Miami, Florida.
En virtud del programa se entregan cupones para adquirir frutas y verduras por un equivalente a 1,000 dólares para una familia de cuatro miembros durante seis meses.
Luis López, director de servicios de pediatría de las clínicas Eisner, indicó que por falta de recursos o de tiempo, muchos de los pacientes de esos centros "compran comidas enlatadas o procesadas o comidas rápidas que en verdad tienen mucha harina, mucho dulce, mucha grasa y que no son saludables".
En los vecindarios de bajos recursos, un 35 a un 40 % de los menores (de 2 a 18 años) tienen sobrepeso o están obesos. A la edad de 6 o 7 años muchos presentan "señales de inflamación del hígado que viene simplemente por estar en sobrepeso", indicó.
Según cifras del "Mapa de prevalencia de la obesidad", del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), una entidad del Estado, el 36.5 % del pueblo estadounidense tiene sobrepeso.
En los hispanos el porcentaje trepa al 42.5 %, solo superado por los afroamericanos (48.5 %), pero en obesidad infantil, los hispanos superan a todos los otros grupos.
En el periodo 2011-2014, el 21.9 % de los niños hispanos tenía sobrepeso frente a un 19.5 % del de los niños afroamericanos.
Balbina Hernández, que junto a sus hijos Khaleb y Gadiel Martínez, acude habitualmente al mercado de pequeños agricultores en el sur de Los Ángeles para obtener los alimentos del programa, asegura que FVRx es "muy beneficioso para nosotros".
A su hijo Gadiel le faltaba hierro y "ahorita él está mucho mejor", agregó.
El dinero "ahora lo estamos ahorrando para comprar lo que es la carne, el pescado, el pollo para consumir más proteínas, junto con lo que es la verdura y la fruta, para tener la mezcla en el plato", contó Hernández.
Gabrielle Langholtz, vocera de "Wholesome Wave", dijo que bajo el lema del Chef Nischan "la pobreza no debe ser obstáculo para obtener frutas y verduras. Nuestra meta es que FVRx se convierta en un programa para pacientes en pobreza a nivel nacional".