Respuestas
Es un libro particularmente importante, en él vemos reflejada la vida de los primeros cristianos, y me refiero a los que vivieron con Jesus, los que vieron su muerte y fueron testigos de su resurrección, y también a los que comenzaron a creer en el al escuchar su testimonio.
Seguramente luego de la ascensión de Jesús se sintieron un poco “solos”, quizás flotaba en algunos de ellos la pregunta ¿Y ahora que …?
Si tratamos de visualizar ese contexto, si por un momento mentalmente nos ubicamos en ese difícil entorno, podemos imaginarlos “escondidos” en una ciudad en la que eran perseguidos por algunos, seguramente ignorados o despreciados por otros, y también podríamos ver, probablemente, algunas personas confundidas, sin saber exactamente que pensar al respecto, gente que quizás conocía a alguno de los apóstoles desde pequeño . . …¿Que dirían ..? .. Es este un precioso ejercicio … ubicarnos aunque solo sea por unos instantes en aquella realidad, imaginar como pudo haber sido … ¿Qué habríamos hecho nosotros … ? ¿De que lado estaríamos …? Podemos vernos a nosotros mismos como viajeros que iban de paso por esa ciudad, o como amigos de alguno de los apóstoles …o como soldados romanos que en definitiva estaban allí de mala gana, con su misión de “extender el imperio” y se encontraban con esos “locos judíos y sus creencias ” ; voy a ser reiterativo .. es un precioso ejercicio para hacer, quizás como corolario a un rato de oración.
Es probable que algo de lo que imaginemos haya sucedido, pero lo seguro, lo único seguro, es que permanecieron juntos, y esperaron la promesa de “…la fuerza que viene de lo alto …”, es ésta fuerza, el Espiritu Santo prometido por Jesus, el que “…pondrá palabras en su boca ..”, es Dios mismo en su tercera persona, en definitiva, quien les dio a los primeros cristianos la compañía que les faltaba al irse Jesus, mucho mas aún … la sabiduría, el valor, la fuerza espiritual, la capacidad maravillosa de dar testimonio con palabras y con hechos que trascendían los parámetros estrictamente humanos.
En lo personal, y por encima de los errores que a diario cometo, de las cosas buenas que pudiendo hacer no hago, y aún de las malas que a veces hago pudiendo evitarlo, debo decir que siento la presencia de Dios en mi vida, que El marca cada segundo y está en cada uno de mis pensamientos, y me rescata siempre de mi “pequeñez” humana con un profundo, profundisimo amor.