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El Nacionalismo Criollo es un movimiento nacionalista y separatista blanco en Iberoamérica que reivindica la herencia cultural hispánica para los eurodescendientes que habitan en dicha región y busca la autonomía, tanto económica, como cultural y territorial para el desarrollo de su pueblo.
Consideramos como criollo a todo eurodescendiente o persona de raza blanca que habita Iberoamérica y que denota una cultura hispánica, principalmente en países donde este grupo es minoría como en México, Perú, Venezuela, etc.
El Orgullo Criollo es el sentimiento de pertenencia e identidad inherente a todo criollo, es la grandeza que evocan las obras y hazañas llevadas a cabo por sus antepasados Ibéricos.
Iberoamérica es la patria de obra de nuestros antepasados criollos, es la extensión territorial que mediante la lucha armada y el trabajo arduo fue conquistada por nuestros heroicos antepasados. Iberoamérica comprende una extensión que va desde el norte de la actual República Mexicana hasta el cono sur del continente americano. Sin embargo, nosotros consideramos dos zonas de influencia dentro de las cuales es más susceptible que actualmente se establezcan y desarrollen a su máxima expresión comunidades blancas, la zona de influencia norte, integrada por algunos Estados norteños de la actual República Mexicana y la zona de influencia sur, integrada por el sur de Brasil, Uruguay, Chile y Argentina.
El Separatismo Blanco
El separatismo Blanco es un movimiento político nacionalista que busca separar el desarrollo económico y cultural para la población de raza blanca. El separatismo blanco apoya la idea de que todos los diferentes grupos raciales o étnicos tienen derecho a la libre determinación en su propia patria. Afirma que su objetivo de hacer una separación territorial en base a la raza, elimina la posibilidad de someter a otros grupos étnicos o ser sometidos por éstos. La idea es que ningún grupo étnico debe regir sobre otro, y las diferentes razas y culturas convivan en paz y armonía unos con otros mediante el desarrollo por separado en su propio Estado-nación.
El separatismo blanco consiste en la idea de que las comunidades o países deben estar constituidos por una base étnico-racial y no por una base contractual (idioma y lugar de nacimiento) como actualmente se constituye en América latina, América anglosajona y cada vez más en Europa. El separatismo blanco se opone al nacionalismo jacobino contractualista presente hoy en casi todas las sociedades porque, además de considerarlo poco realista y tener una base poco sólida y subjetiva, fue instaurado por la francmasonería durante la Revolución Francesa, y está construida sobre algunos mitos comunes que dan base a una ficticia unidad y cohesión social, y la promoción de un sentimiento favorable al mestizaje en la población de los países, lo que destruye la identidad original de los pueblos y su adaptación natural al entorno.
Otros ejemplos de movimientos separatistas blancos son los nacionalistas bóer de Sudáfrica y algunos que se gestan en Estados Unidos, como el Northwest Front.