Respuestas
El debate sobre migración es uno de los temas que tienden a dividir más a la población.
En un extremo tenemos a los que consideran a la inmigración como fuente de criminalidad y fraude a los programas sociales. Fomentados principalmente por la retórica conservadora de derecha, éstos ven a la migración mayormente como un costo injusto e innecesario y que al final es costeado por los “Americanos de Verdad”.
En el otro extremo tenemos a los que exageran los beneficios económicos y culturales derivados de tener una población culturalmente más diversa. Estos perciben a la población inmigrante como fuente principal del crecimiento y desarrollo de la nación.
Más numerosos son aquellos que consideran que tener una población culturalmente diversa implica costos y beneficios, y que dichos beneficios y costos van más allá de lo económico. Lamentablemente, esta postura, que es más pragmática, parece no ir de acuerdo con la época en que vivimos.
Actualmente, muchos políticos usan argumentos simples al referirse al costo de la migración, pero dichos argumentos carecen de fundamento teórico o empírico alguno.
La verdad es que sería difícil darle un valor monetario específico a las contribuciones históricas, culturales, y sociales de los migrantes en este país.
Quizás por eso la mayoría de los estudios sobre las contribuciones, costos, y beneficios de la migración se concentran solo en factores económicos.
El debate gira en torno a dos cuestionamientos: ¿contribuyen los migrantes a la economía del país? y ¿representan los migrantes una carga económica para el país o una contribución neta?
Una carga económica se refiere a cuando los migrantes pagan menos en impuestos que el valor de todos los servicios recibidos de parte de todos los niveles de gobierno.
La respuesta a la primera pregunta es sencilla: Sí, los inmigrantes ayudan a que la economía crezca. Centros de investigación como el Immigration Policy Center y el Pew Hispanic Center presentan a los migrantes correctamente como piezas importantes en el desarrollo de este país. Para bien o para mal, los migrantes terminan por asimilarse y representar una participación económica muy parecida a los nativos en este país. Los migrantes tienden a consumir, comprar casa, y hasta endeudarse tanto como la población nativa.
La respuesta a la segunda pregunta es mucho más compleja, pero puede resumirse de la siguiente manera. En total, los migrantes representan una mínima carga económica neta para el país. Investigadores del Banco de la Reserva Federal y estudiosos del tema coinciden con esta deducción. Existe duda sobre si los migrantes representan una carga o una contribución neta debido al nivel de complejidad de los datos y discrepancias de medición.
En cuestión de la distribución de los costos o beneficios y dada la estructura del sistema tributario, se puede predecir si una persona o un hogar representan una carga o una contribución de acuerdo con sus niveles de ingresos.
En promedio, hogares con ingresos altos representan una contribución económica neta, mientras que hogares con ingresos bajos representan una carga. Este resultado no depende del lugar de nacimiento de la persona, color, raza, status migratorio, o país de procedencia. Igualmente interesante, se ha documentado que inmigrantes con niveles de educación alta representan en promedio una contribución económica neta, mientras que migrantes con educación baja representan una carga.
Obviamente, este análisis informal no incluye, entre otras, las contribuciones de los migrantes en cuestión de precios bajos que todos los consumidores pagamos gracias a su mano de obra capaz y barata, ni tampoco los incrementos en rentabilidad a los dueños de capital.
Sin embargo, parece que existe una manera simple y directa en la que la comunidad migrante podría aumentar su contribución económica a este país.
Dicha manera sería aumentando su nivel de educación.
Tal vez de esta manera, y por medio del voto, se podría responsabilizar un poco más a los políticos divisionistas que propagan tanta mala información sobre el costo real de la migración en este país.
La migración afecta negativamente las tasas de empleo y las remuneraciones en los países receptores. Al inmigrar a un país los trabajadores migratorios entran en directa competencia por las plazas de trabajo con los trabajadores locales.
Como los trabajadores migratorios están muchas veces dispuestos a aceptar condiciones de trabajo inferiores, vale decir, salarios más bajos, imposibilidad de afiliación a la seguridad social y sindicalización, los empleadores los prefieren porque de este modo pueden reducir sus costos de operación y así incrementar los márgenes de ganancia.
En términos prácticos esto redunda en que los trabajadores migratorios desplazan a los trabajadores del país receptor y de esta manera aumentan el desempleo, inciden negativamente en el nivel de salarios del mercado, o bien provocan simultáneamente desempleo y bajan el nivel de las remuneraciones en el mercado del país receptor.
La migración es especialmente perniciosa durante ciclos recesivos o de desaceleramiento económico.