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MADRID.- Desde la desintegración de la Unión Soviética a finales de 1991 han estallado una y otrar vez numerosos conflictos armados en este vasto territorio. Ninguno ha desestabilizado toda la región, pero tampoco ha logrado una solución duradera.
A menudo, estos conflictos se vengan de la política de nacionalidades soviética, que unió o separó arbitrariamente a los pueblos de la unión, como sucede actualmente en la región separatista georgiana de Osetia del Sur. En los últimos años, el extremismo islamista ha agudizado el conflicto en el sur de la antigua Unión Soviética. Estos son los principales focos de crisis, de oeste a este:
Transnistría. El estrecho territorio de población rusa y ucraniana junto al río Dniester se separó de Moldavia en 1990 por temor a una unión de Moldavia con la vecina Rumanía. Moldavia no logró reconquistar el territorio durante la guerra civil de 1992. Rusia, con sus tropas de paz y un gran depósito de municiones en Tiraspol, junto al Dniester, mantiene un pie en el conflicto.
Abjazia. En 1992, Georgia concedió derechos de autonomía a las repúblicas independentistas de Abjazia y Osetia del Sur. Entre 1992 y 1994, Abjazia rechazó varios ataques de Georgia con ayuda rusa. Desde entonces, las Naciones Unidas supervisan la línea del alto el fuego. Rusia participa en las tropas de paz.
Chechenia. En 1994 Rusia arremetió militarmente contra las aspiraciones independentistas de la república semiautónoma de Chechenia, en el norte del Cáucaso, pero tuvo que aceptar un alto el fuego en 1996. Tras una segunda conquista militar en 2000, los chechenos responden desde hace años con ataques de la guerrilla. Terroristas tratan una y otra vez de llevar la lucha fuera del territorio, como sucedió en 2002 con la toma de rehenes en un teatro de Moscú y en 2004 en una escuela en la ciudad norosetia de Beslan.
Alto Karabaj. La disputa en torno al territorio del Alto Karabaj, ocupado por Armenia pero perteneciente a Azerbaiyán, comenzó ya en 1988 y en 1992 estalló una guerra entre ambos países. Armenia conquistó el Alto Karabaj y amplias partes del sur de Azerbaiyán. Desde 1994 está vigente un frágil alto el fuego. Gracias al 'bomm' petrolífero Azerbaiyán es cada vez más fuerte militar y financieramente y podría intentar recuperar la región.
Uzbekistán. El Estado centroasiático está considerado el régimen policial más duro de la región, y a la vez, el poblado valle de Fergana es un foco de incubación de islamistas. En 2005 el Ejército sofocó violentamente una rebelión en la ciudad de Andishan. Murieron varios cientos de personas.
Tayikistán. En la más pobre de las ex repúblicas soviéticas, fundamentalistas musulmanes y ex comunistas se enfrentaron entre 1992 y 1994 en una sangrienta guerra civil que causó decenas de miles de muertos. El montañoso país, en la frontera con Afganistán, fue hasta el derrocamiento del régimen talibán lugar de paso para islamistas y sigue siendo una importante ruta en el contrabando de heroina.