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El cuidado de tus frutas y hortalizas
El cuidado de tus hortalizas no termina con la cosecha. Asegúrate que tu producción llegue con la mejor calidad a su destino final conservándola a la temperatura correcta y teniendo un minucioso cuidado al recolectarla y transportarla.
Utiliza el equipo apropiado para cosechar
En primer lugar, debes capacitar a tu personal para que conozcas las técnicas correctas de cosecha según la hortaliza que produjiste y contar con la maquinaria correcta para evitar que se maltraten los frutos. Por ejemplo: si usas unas bandas transportadoras, éstas deben ser sanitizadas antes de utilizarse y estar en perfectas condiciones. El objetivo es evitar que el fruto sufra daños por golpes y vibraciones.
El medio ambiente puede dañar tu producción recién cosechada cuando cambia la temperatura y cuando el fruto es víctima de golpes, infiltración de agua o se supera su vida útil de anaquel.
Aquí, la recomendación es evitar dañar las defensas naturales del vegetal y reducir las oportunidades para que los patógenos hagan de la suya creando espacios sanos que impidan y/o retrasen la infección y descomposición.
Los frutos pueden sufrir daños irreversibles si no se cuida su temperatura post-cosecha. Por ejemplo, las lechugas sufren estrés tras ser cortadas, aumentando la posibilidad de que el fruto pierda calidad. Frutos como el brócoli y el maíz dulce deben enfriarse cuando antes para evitar que se reduzca su tasa de respiración y se pudran antes de tiempo.
Para reducir la pérdida de agua se recomienda:
Evitar que se corte la fruta para que no haya ventanas para la evaporación.
Encerar las hortalizas, como en el caso de los pepinos.
Mantener a los frutos a la temperatura adecuada.
Evitar los cambios bruscos de temperatura.
Usar humidificadores para aumentar la humedad de la habitación donde se almacenarán los frutos cosechados.
Según el ABC de Frutas y Verduras, estas son las variables de manejo para el almacenamiento de algunas hortalizas: