Respuestas
que está haciendo fracasar el auténtico progreso
cultural, ¿qué alternativas de futuro nos quedan?
Con ocasión de los preparativos del Gran Jubileo
del año 2000, el Consejo Pontificio de la Cultura
organizó en la Universidad de Sevilla un Simposio
sobre "La cultura y la esperanza cristiana", del
12 al 14 de marzo de 1998. En este simposio
participó el profesor Valverde con una ponencia
que lleva por título “Hacia un hombre distinto”.
Tras el hombre pagano, el cristiano y el moderno,
hizo su aparición en escena, según palabras de G.
Morra, “el cuarto hombre”, es decir, el hombre
posmoderno. Carente de verdades, de valores y de
una esperanza trascendente, se convierte en el
mejor representante del sinsentido o de un sentido
limitado al aquí y al ahora. Por esta razón el autor
declara con firmeza que :
“Urge la aparición del quinto hombre. Será
el nuevo cristiano, que sin renegar de ninguno
de los valores conquistados hasta
ahora por el esfuerzo humano, se niegue a
pactar con el aburguesamiento egoísta al
que nos impulsa la sociedad capitalista,
crea en la verdad de Jesucristo, y se esfuerce
por traducirla en su vida contra la corriente
materialista, hedonista y escéptica
que nos ahoga”.
Carlos Valverde aboga por un humanismo cristiano
que tiene como pilares fundamentales, en
primer lugar, la recuperación de un verdadero
concepto de persona y, en segundo lugar, el predominio
del amor sobre el resto de valores. Se
refiere al amor cristiano que es ágape, donación
generosa de uno mismo y de todo cuanto tiene.
Curiosamente este es uno de los aspectos que ha
olvidado el sistema económico capitalista. Frente
al lema “tanto tienes, tanto vales” se impone una
importante corrección: lo importante no es tener
sino ser.
El humanismo cristiano promueve personas
nuevas, creadoras de una cultura que mira a la
persona de forma integral. La educación es el
camino necesario para este proyecto humanizador.