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Gracias al internet de las cosas (IoT, por su sigla en inglés), la digitalización en breve se volverá tangible – tomando la forma de “cosas” conectadas de todos los tipos. Las evoluciones tecnológicas en el ámbito de hardware así como el desarrollo de tecnologías claves tales como los chips miniaturas de RFID (por su sigla en inglés, identificación por radiofrecuencia) han abierto el camino para esta nueva etapa de la transformación digital. Sumando a esto, la presentación extendida de 5G que llevará al intercambio de datos móviles en altas velocidades. Para los negocios, esa es una muy buena noticia: no sólo que pueden volverse más ágiles y reestructurar sus procesos, esta nueva infraestructura también les permite desarrollar e implementar modelos de negocios completamente nuevos. Las cinco hipótesis siguientes profundizan en la misma:
El Internet de las cosas requiere Apertura y Seguridad
El Internet de las Cosas exigirá normas abiertas sobre todo en las industrias, motivo por el cual defendemos un trabajo transparente de Investigación y Desarrollo y plataformas abiertas de apoyo. También trabajamos muy estrechamente con nuestra red de colaboradores globales para lograr esta apertura. Sin embargo, los ecosistemas de Internet de las Cosas que están basados en la interoperabilidad y la apertura también exigirán seguridad robusta. Cuanto más alto el número de dispositivos que estén conectados a una red, mayor es la vulnerabilidad de acceder ilegalmente. Con penalidades más rigurosas acercándose en el horizonte, a medida que la Regulación General de Protección de Datos de Europa (GDPR, por su sigla en inglés, General Data Protection Regulation) refinará las consecuencias para las violaciones de la protección de datos, es imprescindible que cada solución profesional de Internet de las Cosas se combine con un concepto bien fundamentado que incluya sistemas proactivos, así como las plataformas robustas de seguridad.
La “Economía Abierta” está en Camino
El éxito de los dispositivos móviles y el estar interconectados, ocasionados por el Internet de las Cosas, son importantes impulsores detrás de la transformación general hacia la llamada “Economía Abierta”. Hasta el año 2020, el 40 % de los empleados trabajarán en régimen de autónomo. Integrándolos, así como empleados en los procesos empresariales de una manera efectiva y segura, es uno de los mayores desafíos que el negocio debe enfrentar para salir adelante. Después de todo, las estructuras rigurosas de la oficina son cada vez más obsoletas: la “Economía Abierta” será dominada por horarios flexibles y modelos de oficina. Además, nuevas formas de colaboración evolucionarán – no sólo con las empresas emergentes (startups), sino también con los antiguos competidores. Para asegurar que estas nuevas formas de cooperación estén basadas en un intercambio rápido de datos y de conocimiento sin comprometer la integridad de las informaciones sensibles, las arquitecturas de seguridad deben estar enraizadas profundamente al hardware de los dispositivos móviles.
El Internte de las Cosas es Sencillamente Eficiente
Un estudio reciente llevado a cabo por la asociación alemana de la industria de TI Bitkom reveló que la mayoría de los negocios alemanes están pasando en la actualidad por un proceso de transformación como resultado de la digitalización. Sin embargo, sólo el 39% usa el potencial de la tecnología digital para ofrecer nuevos productos o servicios. En vista de este antecedente, parece importante enfatizar que los negocios centrándose sólo en optimizar sus procesos y aumentar la eficiencia podría fallar en reconocer el potencial más amplio y más diverso del Internet de las Cosas. Permite que los negocios desarrollen productos y servicios innovadores, así como modelos de negocio impulsado por datos – y así los ayuda a lograr acceso a nuevos mercados. Hacer pleno uso de estas oportunidades no es un asunto para el futuro – empieza hoy. Según los analistas y las empresas de consultoría, el potencial general de negocio del Internet de las Cosas está valorizado en mil millones. Por ejemplo, McKinsey estima que el valor económico global del Internet de las Cosas es entre 3.9 y 11.1 billones de dólares al año para el 2025.
El Aprendizaje de la Máquina Cognitiva Llevará a Más Confort