Describe como podrías graduar de nuevo un termómetro de mercurio al que se le ha borrado la numeración
Respuestas
El termómetro, que sirve para medir las temperaturas, se compone esencialmente de un depósito de cristal lleno de una pequeña cantidad de mercurio y prolongado en un tubo (también de cristal, pero más grueso) perforado por un fino canal en toda su longitud y cerrado en su extremo. Este canal está vacio de aire. Para graduar un termómetro se determina primero el punto fijo 100 °C colocando el instrumento dentro de un baño de vapor hirviente. El mercurio se dilata y sube por el tubo y, si la temperatura de ebullición del agua es constante a una presión de 76 cm de mercurio, su nivel queda fijado. Entonces se marca una línea sobre el tubo, a la altura del nivel alcanzado, y se escribe el número 100 junto a esa línea.
Inmediatamente se determina el punto fijo 0 °C introduciendo el termómetro dentro de hielo puro, finamente troceado. El mercurio desciende en el tubo y se detiene en otro nivel. En él se señala la raya C°. Ya sólo queda, con ayuda de una máquina de dividir, distribuir el espacio que hay entre el 0 y el 100 en cien partes iguales, señaladas por unas rayas finas que se graban en el vidrio. Y se prolonga la graduación más allá de los puntos 0 y 100. Existen otros termómetros con graduación distinta; el más conocido es el termómetro Fahrenheit.