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Seguro que más de una mañana os habéis despertado con los ojos pegados de tanto dormir. Los franceses dicen que es cosa de “le marchand de sable” (el comercial de la arena), que por la noche riega con arena a las personas que duermen y es la excusa perfecta para mandar a los peques a la cama (aquí decimos que el coco va a pasar). Así que bueno, sean las segregaciones lacrimosas del movimiento de los ojos por la noche, o sea le marchand de sable o cualquier otro, el caso es que, cuando dormimos mucho es muy común despertarse con los ojos pegados.
Pues bien, precisamente como se asocia el hecho de haber dormido mucho, al echo de no dormir nada se le atribuye el hecho contrario, no pegar ojo. Así, cuando alguien pasa la noche sin dormir, dice que no ha podido pegar ojo.