Respuestas
El éxito en las relaciones familiares con la familia extensa se fundamenta en el desarrollo positivo de las relaciones afectivas de todos sus miembros.
Para ello:
Recordar que la vida en familia es fundamental para la formación de la personalidad infantil y su desarrollo psicológico sano.
Mantener una relación positiva entre la pareja, lo que genera un ambiente emocional adecuado.
Los padres y las madres deben ser claros respecto a lo que les gusta o no del trato con sus familiares y amistades.
Los miembros de la familia extensa se deben apoyar mutuamente: potenciar la comunicación entre los miembros.
Es importante mostrarse espontáneos y propiciar momentos de unión familiar.
Mostrarse dispuestos explícitamente a compartir responsabilidades.
Se deben establecer rituales y tradiciones familiares.
Respetar la privacidad, la individualidad y las necesidades de cada miembro.
Reconocer cuando se tienen problemas.
Reforzar las muestras de aprecio entre la familia extensa
Favorecer el pasar tiempo con la familia extensa
Prevenir las situaciones de conflicto e intervenir cuando se hayan producido; no dejar pasar el tiempo.
Inculcar respeto hacia la figura de los/las abuelos/as y otros miembros de la familia extensa.
Por otro lado, las características que vician una relación adecuada con la familia extensa pueden ser:
El temor o la evidencia de no ser aceptado/a.
La inseguridad en uno/a mismo/a.
La inhibición de los afectos
Intromisión por parte de algún miembro de la familia extensa en la vida personal y/o en la vida de la pareja.
Las consecuencias, por tanto, de todos estos conflictos pueden ser:
Imposibilidad de la pareja para constituirse como tal, es decir, como una unidad independiente con un sentido de pertenencia autónoma.
Dificultades para la toma de decisiones cotidianas por dependencia emocional hacia la familia extensa.
Conflictos en la pareja por ausencia de intimidad y libertad.
Separación y/o Divorcio.
Para terminar, hay que recordar que para los/las niños/as la familia extensa es un recurso que va a potenciar su desarrollo psicológico de muchas formas. Desde el punto de vista afectivo, van a encontrar más modelos a imitar, más compañeros de juegos, a la vez que se van adaptando desde la infancia a distintas costumbres y formas de ser. Todo ello va a favorecer que los/las niños/as sean más sociables fomentando la cooperación, siempre y cuando no se convierta en la única red social en la que, tanto la pareja como los hijos e hijas, participen.