Respuestas
Los que se oponían a las ideas de Redi, porque apoyaban la idea de la generación espontánea, alegaron que no se había permitido que el aire entrara a los frascos sellados, por lo que la falta de aire evitaba que hubiera generación espontánea. Redi rediseñó su experimento y empleó gasas para tapar los frascos: estas permitían que entrara el aire, pero no las moscas. Al final de la experiencia no aparecieron gusanos en la carne, pero los huevos de las moscas quedaron depositados sobre las gasas.
Los experimentos de Redi presentaron evidencia en contra de la teoría de la generación espontánea. Aun así, los defensores de esta teoría no la consideraron suficiente.Francesco Redi (1626-1697), reconocido médico italiano, fue uno de quienes dudaron de la generación espontánea: pensaba que los insectos jamás podrían nacer de la putrefacción. Con el propósito de demostrarlo, diseñó un experimento para determinar si se desarrollaban larvas de moscas si no se dejaba a ninguna mosca adulta entrar en contacto con la carne. Puso la carne en tres frascos: uno de ellos permaneció abierto y selló los otros dos. En el frasco abierto, observó que había moscas continuamente. Después de un corto período, había gusanos únicamente en el frasco abierto. Redi llegó a la conclusión de que los gusanos aparecían en la carne descompuesta solo si las moscas habían puesto antes sus huevos en la carne.[3]
Los experimentos de Redi presentaron evidencia en contra de la teoría de la generación espontánea. Aun así, los defensores de esta teoría no la consideraron suficiente.
Comenzó a ser objetada en el siglo XVII. Hoy en día, la comunidad científica considera que esta teoría está plenamente desechada.
Diversos experimentos se realizaron desde 1668, para encontrar respuestas, hasta que Pasteur demostró definitivamente, a mediados del siglo XIX, que la teoría de la generación espontánea es una falacia, postulando la ley de la biogénesis, que establece que todo ser vivo proviene de otro ser vivo ya existente.[3]
Comenzó a ser objetada en el siglo XVII. Hoy en día, la comunidad científica considera que esta teoría está plenamente desechada.
La generación espontánea se sustentaba en la observación de procesos naturales como, por ejemplo, la putrefacción. Es así como se explicaba que, a partir de un trozo de carne descompuesta, apareciesen larvas de mosca, gusanos del fango, organismos de los lugares húmedos e incluso ratones. Generalmente, se aplicaba a insectos, gusanos o seres pequeños.