HOLA: ME AYUDAN? Lee el inicio de este cuento y redacta un nudo y un final abierto: No le havia visto en un año y me lo encontre de manos a boca al salir del cafe donde almuerzo cuando vengo a Madrid, APENAS FIJE EN EL LOS OJOS, COMPRENDI QUE ALGO GRAVE LE PASABA. sU MIRAR TENIA UN BRILLO EXALTADO Y UNA ESPECIE DE ANSIA FEBRIL ANIMABA SU SEMBLANTE
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Es un poco largo, pero espero que te guste
No le había visto en un año y me lo encontré de manos a boca al salir del café donde almuerzo cuando vengo a Madrid, apenas fije en él los ojos, comprendí que algo grave le pasaba. Su mirar tenia un brillo exaltado y una especie de ansia febril animaba su semblante.
Me acerqué, para saludarle, le toque el hombro, se giró y le sonreí. Cuando me vio supe como su mirada cambiaba de tonalidad, y empezaba a asustarse y a temblar. Me extrañé muchísimo ya que era un hombre contento feliz y risueño, y no tuve más remedio que preguntarle que le pasaba.
- ¿Qué tal estás? - dije sonriendo.
- Bueno, pues la verdad es que estoy un poco estresado ya que mi madre está un poco mal - dijo con un tono apagado.
- Oh, ¿ aún sigue igual? - dije preocupada - seguro que se va recuperando, es una mujer muy fuerte.
- Ya, bueno... - dijo.
- Bueno, no he venido aquí para desanimarte, he venido aquí para al menos alegrarte la mañana, y tu mujer, ¿cómo está? - dije con una cálida sonrisa.
- Está en casa, tranquilamente como siempre - dijo evitándome la mirada.
- Oh, me alegro muchísimo - dije.
- Y tú, ¿ cómo estás? - dijo seriamente.
- La verdad es que muy satisfecha con mi trabajo, por fin me dieron la plaza que tanto ansiaba - dije casi saltando de emoción - siento que no te la diesen a ti en su momento, te la merecías muchísimo, y además entiendo también que te fueras de ese trabajo, no te sabían valorar.
- Bueno, no creo que fuese por la valoración, sino por la gente... - dijo mirándome fijamente.
-¿Cómo? - dije.
- La verdad es que a la que le vieron el potencial es a ti, por toda la energía que derrochas por todos lados - dijo seriamente.
- Vaya, no lo sabía, lo siento muchísimo - dije con la mirada cabizbaja.
- No pasa nada, cosas que pasan - dijo con una sonrisa, la verdad que un poco extraña - oye, ¿ quieres venir a mi casa a cenar ? seguro que mi mujer se alegra muchísimo de verte
- Si no es molestia... - dije.
Por la noche me puse una blusa blanca, con unos pantalones a rayas, unas plataformas rosa pálido a juego con mi pintalabios. Me peiné y me dirigí a su casa, llamé al timbre, pero no escuchaba nada. Un frío me recorrió por el cuerpo, y quise ir al ascensor, por si acaso. Cuando me iba a ir porque ya era muy tarde, me abrió la puerta, con una plena sonrisa, le di dos besos y entré. La casa era pequeña con todo lo básico. Me senté en la mesa y cogí el móvil.
- Oye, ¿ y tu mujer? - dije
- Al final no ha podido estar con nosotros porque tenía una quedada importante de trabajo - dijo fríamente - Pero no te preocupes que cocino bien
- ¿Y el baño donde está? - dije - es que al salir de mi casa con las prisas no fui al baño
- Pasando esa puerta a mano izquierda - dijo
Cogí el pomo, lentamente y noté que estaba sudado, abrí la puerta y la volví a cerrar, entré al baño, y me lavé la cara. Cuando noté algo en la bañera. Me acerqué para comprobarlo y vi que tenia un tono rojo oscuro. Pensé que era el tinte de su mujer, ya que le gusta teñirse el pelo. Salí del baño. Pero antes de abrir la puerta para ir al salón, me entró curiosidad, por ver su cuarto, abrí la puerta y noté un bulto en la cama, me dirigí hacia allí, destapé la cama y no había nada. De repente, note algo frío en el pie, miré hacia el suelo y vi un mechón de pelo, me agaché y vi un cuerpo. Empecé a sudar como nunca, me levanté rápidamente, me giré, pero ahí estaba él apoyado en la puerta, con una plena sonrisa.