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¡Oh bendita Sangre de Jesucristo!,
Sangre inmaculada, humana y divina,
lávame, límpiame, perdóname,
lléname de tu presencia;
Sangre purificadora que das fortaleza,
yo te adoro en tu Eucarística presencia en el Altar,
yo creo en tu poder y dulzura,
yo confío en ti para preservarme de todo mal
y te pido desde lo más profundo de mi ser:
penetra en mi alma y límpiala,
llena mi corazón e inflámalo.
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Preciosísima Sangre derramada en la Cruz
y palpitando en el Sagrado Corazón de Jesús,
te adoro y te ofrezco en homenaje mi alabanza y amor,
yo ....... te agradezco Señor Tu Sangre y Tu Vida
ya que gracias a Ellas los hombres hemos sido salvados
y obtenemos defensa ante todo lo malo que nos rodea.
Oh Jesús, que me has dado el precioso regalo de tu Sangre,
y en el Calvario, con valentía y generosa entrega,
me limpiaste de toda mancha y vertiste el precio de mi redención;
oh Cristo Jesús que en el altar eres mi vida, me comunicas vida
eres la fuente de todas las gracias conocidas,
y el grandísimo regalo de Dios a sus hijos,
eres la prueba y promesa de Amor Eterno hacia nosotros.
¡Oh Sangre Cáliz de salvación!,
que nos das valor en la lucha y victoria frente al enemigo,
por mediación del Inmaculado Corazón de María, mi madre,
quiero cobijarme bajo Tu poderosa protección,
Oh mi buen Jesús, mi amado Jesús,
derrama sobre mí la abundancia de los méritos de tú Sangre,
para que, con limpieza de corazón,
vea siempre a Dios en todas las cosas
y que tu bendición siempre descienda sobre mi familia
y sobre todos quienes son queridos por mí,
y cuando las tormentas de la vida se acumulen cerca de mí,
cuando las pruebas y tentaciones me angustien fuertemente,
sé Tú mi refugio y mi socorro.