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Científicos del Instituto Gladstone para Enfermedades Cardiovasculares, en Estados Unidos, han trazado la evolución de las cuatro cavidades del corazón humano, descubriendo que existe un factor genético común entre dicha evolución y el desarrollo de los corazones de las tortugas y otros reptiles.
Concretamente, los investigadores han demostrado que una proteína específica que se activa en los genes está implicada en la formación de los corazones de tortugas, lagartos y, también, de los humanos.
Por otro lado, existe un gen implicado en todos los procesos de formación coronaria de las especies mencionadas, el llamado Tbx5, que ya se sabía que está relacionado con enfermedades coronarias congénitas en humanos.
Desde un punto de vista evolutivo, los reptiles resultan esenciales para comprender la evolución del corazón. Esto se debe a que, según el tipo, éstos presentan diversidad de número de cavidades (tres o cuatro), por lo que su estudio ayuda a comprender cómo se formaron las cavidades coronarias del corazón humano.