Respuestas
1. Elige el tema de tu ensayo
Los ensayos argumentativos son textos en donde la opinión personal está presente de forma permanente. Generalmente, la temática de estas monografías son asuntos polémicos que dan la oportunidad al redactor de explayarse y plasmar cómodamente su forma de pensar.
2. Investiga a fondo el tema del ensayo
Es imposible que puedas escribir muchas líneas de un tema que no conoces. Por eso, luego de haber elegido el tema del ensayo es fundamental que estudies al respecto y te instruyas sobre cuáles son las teorías y los planteos que existen sobre el asunto en cuestión. Recuerda que es de vital importancia elegir fuentes confiables con el fin de evitar mal instruirte.
3. Utiliza un borrador
Antes de lanzarte a escribir como un loco, procura ordenar tus ideas. Para ello, es importante usar un borrador y escribir todos los puntos que deseas tratar para así asignarles un orden lógico.
4. Cuerpo del ensayo
El ensayo argumentativo tiene tantos párrafos como argumentos. Sin embargo, comienza siempre por una introducción y culmina con una conclusión. En la introducción, presenta el tema y en la conclusión repasa cada uno de los argumentos sin detenerte en cada uno.
Es importante que los argumentos sean presentados “del más al menos impactante” con el fin de cautivar al lector en los primeros párrafos y asegurar su lectura hasta el final.
5. Revisa la redacción
Es fundamental revisar las faltas de ortografía y la sintaxis de las palabras. Un texto con estos elementos resulta poco creíble. Es imprescindible también que te fijes si no te has contradicho en ningún punto ya que no hay nada peor que un texto incoherente.
"La rebelión de las masas",
Los componentes de esas muchedumbres no han surgido de la nada. Aproximadamente, el mismo número de personas existía hace quince años. Después de la guerra parecería natural que ese número fuese menor. Aquí topamos, sin embargo, con la primera nota importante. Los individuos que integran estas muchedumbres preexistían, pero no como muchedumbre. Repartidos por el mundo en pequeños grupos, o solitarios, llevaban una vida, por lo visto, divergente, disociada, distante. Cada cual — individuo o pequeño grupo— ocupaba un sitio, tal vez el suyo, en el campo, en la aldea, en la villa, en el barrio de la gran ciudad.
Ahora, de pronto, aparecen bajo la especie de aglomeración, y nuestros ojos ven dondequiera muchedumbres.
¿Donde quiera? No, no; precisamente en los lugares mejores, creación relativamente refinada de la cultura humana, reservados antes a grupos menores, en definitiva, a minorías. La muchedumbre, de pronto, se ha hecho visible, se ha instalado en los lugares preferentes de la sociedad. Antes, si existía, pasaba inadvertida, ocupaba el fondo del escenario social; ahora se ha adelantado a las baterías, es ella el personaje principal.