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Desde luego que existía autonomía política en las Trece Colonias americanas y existió una notoria autonomía incluso en las colonias una vez conformado el Imperio Británico y establecido más allá del Atlántico.
La autonomía servía a los intereses de la Corona, pues el gobierno recaía en las autoridades locales, lo que evitaba considerablemente las burocracias y permitía la concentración de fuerzas en otros aspectos, como el militar.
Las colonias inglesas poseían la potestad y autonomía de crear las leyes de convivencia necesarias para su gestión , pero estas debían obedecer a los preceptos impuestos por la corona británica a través de las leyes promulgadas por el parlamento, realmente no tenían autonomía política de decidir sobre los asuntos que concernían en cuanto a su gestión política interna o externa, se venían limitados por lo que les era impuesto, la corona británica vigilaba atentamente las gestiones realizadas en las colonias y como estas se manejaban internacionalmente.
Las colonias poseían un poder económico grande del cual la corona se veía beneficiada es por ello que no se les brindo autonomía política, solo la pudieron obtener luego de su independencia en 1.776; a pesar de la autonomía de poder determinar ciertas leyes dentro de sus territorios siempre se vieron sometidos a los preceptos establecidos en el Reino de Inglaterra.