Respuestas
Estar bautizado y haber recibido la primera comunión
En primer lugar, haber sido bautizado. La razón es clara. Si la confirmación fortalece nuestra vida de gracia y de amistad con el Señor, es necesario que haya vida para poderla fortalecer. Y el bautismo es el sacramento que nos da la vida al insertarnos en Cristo de quien recibimos la vida, sobrenatural.
En segundo lugar, que estés en gracia de Dios. ¿Por qué? porque la gracia de Dios es algo así como la corriente eléctrica que hace que funcionen los aparatos. Estos podrán estar muy bien construidos y ser muy bonitos pero, si falla la corriente, no sirven para nada. Si la gracia falla y no hay corriente de vida sobrenatural, la confirmación no puede producir su efecto.
Hay una diferencia entre estas dos condiciones que voy a tratar de explicarte con un ejemplo.
El caso de no estar bautizado viene a ser algo así como tener un televisor en tiempo de los romanos; imagínate que un extraterrestre, de ésos de película, lo dejó caer por allí; no serviría absolutamente para nada; algo sin sentido; un aparato sin posibilidad de funcionar.
El .caso de no estar en gracia, sería como un televisor desconectado. Puede funcionar pero no funciona. Hay que conectarlo para que funcione. En el momento en que se conecta, es decir, desde el momento en que confiesas y recibes la gracia, empieza a funcionar.
Si no hay bautismo no hay sacramento de la confirmación. Si hay bautismo pero has perdido la gracia por el pecado, al recibir la confirmación en ese estado, hay sacramento pero no se recibe la fortaleza del Espíritu Santo hasta que recobres la gracia perdida. Por la confirmación recibida en pecado se te da el Espíritu Santo pero queda como a la espera, para poder actuar en ti desde el momento en que recobres la gracia perdida; es entonces cuando le permites actuar en tu vida, cuando conectas con la fuerza de la gracia que El nos da.
Aparte de todo esto hay otras dos condiciones para recibirlo con fruto.
La primera, que si quien lo va a recibir tiene ya uso de razón, debe estar convenientemente preparado. De ahí la insistencia para que se asista a las catequesis de confirmación. Las cosas hay que hacerlas con seriedad. Y no se puede recibir el sacramento porque sí, sin saber de qué va.
Y la otra, que quien lo recibe esté dispuesto a tomarse en serio su vida cristiana. Uno puede saber de qué va, pero no estar dispuesto a comprometerse por Cristo o no querer tomarse en serio su amistad con El. Claro, esto no supone que quien recibe el sacramento es ya un cristiano muy perfecto; se trata más bien de que esté dispuesto a ir dando pasos en la intensificación de la amistad con el Señor.