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Barack Obama
En ocho años de haber sido el centro de atención, Obama no protagonizo un solo escándalo. Mantuvo la compostura bajo la presión de los medios. Siempre se preocupó por investigar y respetar las normas culturales de los países que visitaba. Gracias a él, la imagen que se tiene de los Estados Unidos en el mundo mejoró significativamente.
Obama siempre utilizaba el plural de la primera persona al hablar. Decir “nosotros” en lugar de “yo” invita a tu equipo a identificarse contigo e invoca el poder de una posible identidad social compartida.
Obama no le tuvo miedo a los riesgos. No solo en los temas difíciles, como la estrategia militar, también en su imagen pública, el mandatario ha tomado riesgos sin precedentes en su puesto de trabajo.
Está acostumbrado a defender su postura frente a una férrea oposición. Es lo que ha tenido que hacer al terminar la guerra en Irak, legalizar el matrimonio homosexual, restaurar las relaciones con Cuba e impulsar su programa de seguro médico popular, entre muchas otras situaciones. Incluso, ha recurrido a las famosas órdenes ejecutivas para hacer que las cosas sucedan.
Un estudio del College of Saint Benedict de Minnesota arrojó el siguiente perfil de personalidad de Barack Obama:
resenta cualidades como: ambicioso, seguro de sí mismo, ligeramente dominante, cooperativo, comedido y afable, entre otros. Prefiere la mediación por encima de la fuerza al resolver conflictos. Es más pragmático que ideológico. Prefiere defender sus políticas en persona, en lugar de dejar que su equipo de trabajo hable por él.
Aplicar las lecciones de liderazgo de Barack Obama e imitar los rasgos de su personalidad que lo convirtio en un líder icónico es una fórmula segura para obtener resultados en tu empresa o equipo de trabajo.
Predica con el ejemplo, piensa en plural, no le temas a los riesgos, sé firme y recuerda que la capacidad para liderar está dentro de ti pero, como todo talento, necesita pulirse con la práctica.