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Todos piensan que por la época en la que vivimos, rodeada de tecnología y audiovisuales, la gente no lee. Pero eso es un error, la gente lee más de lo imaginamos, al menos así lo demostraron las personas que se acercaron al seminario “Entre Libros y lectores” actividad coordinada por la secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
“Entre Libros y Lectores” formó un grupo de personas únicamente diferenciado en las edades y en las ocupaciones, porque su gusto y disfrute por la lectura era el mismo. Patricia Dominguez, mediadora de lectura, asegura que la formación de un lector necesita tiempo, y para construir un mediador, más aún, porque es una actividad que requiere mucho del otro. La lectura es un círculo, lo aprenden de alguien y lo enseñarán de la misma manera.
Leer incentiva el placer por la lectura, la creatividad, despliega la imaginación y ayuda a potenciar la capacidad del lenguaje. El mediador es una persona que habilita a otra persona. No importa el lugar o la persona que quiera desarrollarse como mediador. Todos podemos transmitir los beneficios y la importancia de la lectura, ya sea que seamos maestros, psicólogos, escritores, se puede construir sentido en regiones en guerra, con crisis económicas o desastres naturales.
Leer incentiva el placer por la lectura, la creatividad, despliega la imaginación y ayuda a potenciar la capacidad del lenguaje
Dominguez quiso construir un seminario que le permita trabajar con la lectura literaria para contribuir a la conformación de comunidades de lectores, por lo que, se enfocó en el discurso narrativo: en la necesidad de que un texto sea creíble pero no veraz. En el rol del lector ante un texto, la lectura en soportes como la web: qué y cómo leer. Y cuáles son los nuevos desafíos a los que se deben enfrentar los lectores.
Los participantes del seminario “Entre Libros y Lectores” debieron producir un texto a partir del clásico “Caperucita Roja” que fue escrita con voces narrativas distintas, algo muy productivo para el grupo. Una de las principales funciones que tiene un mediador es ir más allá del texto, abrir nuevos horizontes y ver más de lo evidente.
Los talleres, como estos, ayudan a la gente a caer en una sana adicción, que es la lectura. Es bueno recordar que a pesar de que estemos en una época digital, hay siglos de cultura letrada, y debemos conocerla. Además, es una ocasión para leer y escuchar obras poéticas y narrativas.