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¿Cómo surge el liberalismo?
El liberalismo germina en oposición al absolutismo y se imbuye de las ideas de John Locke y de pensadores como Voltaire, Montesquieu y Jean Jacques Rousseau, y participación de británicos como Adam Smith y John Stuart Mill.
Surge como síntesis de diversos elementos como el inmovilismo medieval en cuanto a su economía, el racionalismo, el utilitarismo y el protestantismo, que se conjugan y van adaptándose equitativamente durante siglos. Sin embargo, los factores que desempeñaron un papel de catalizadores de las realidades ideológicas divergentes fueron la concepción individualista y el deseo de una libertad absoluta y omnímoda.
Los trascendentales hitos históricos del liberalismo fueron la revolución estadounidense y la revolución francesa, ocurridas en el siglo XVIII. A partir de allí, es extendida a Latinoamérica e influye en las revoluciones que acontecerán para la creación de naciones libres e independientes durante el siglo XIX.
Ninguna autoridad podía limitar la libertad, ni política ni espiritual, la misma era defendida en todo ámbito. Incluyendo los pensamientos y todos los intentos por limitarla eran denunciados.
Se inspira en la ordenación de un Estado de derecho con poderes limitados, que idealmente reduce las funciones del gobierno a implantar justicia, seguridad y desarrollar obras públicas y obediente a una constitución, lo cual concibió el surgimiento de la democracia liberal durante el siglo XVIII, la cual se encuentra aún vigente hoy día en muchas naciones, especialmente en las naciones de Occidente.
Para concluir se puede decir que toda concepción, teoría, política parte del concepto del Hombre. El Liberalismo posee la característica peculiar de reducir la realidad al sujeto, siendo el hombre la causa, el principio y el fin de toda la actividad creadora. De esta manera el sujeto es elevado a un podio o eslabón que no le corresponde, el de autosuficiente, este humanismo es ateo y niega la existencia de lo sobrenatural, niega la existencia de Dios como creador universal, muy a pesar de que se deduce por sentido común la existencia de un ordenador.
Para el liberalismo el desarrollo del hombre se logra con la expansión de su riqueza, tal vez logren sentirse complacidos materialmente, pero el espíritu apaleará una gran deuda.