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Las huellas de una guerra son indelebles para cualquier pueblo. Pero cuando el campo de batalla se extiende a varias naciones, los daños se vuelven incalculables.
El año de 1914 probablemente sea uno de los que cada país debe recordar como uno de los más tristes de la historia reciente del planeta. Los poderosos, las grandes potencias de ese momento dieron el banderillazo a la Primera Guerra Mundial, la más devastadora ocurrida hasta la fecha, según muchos documentos históricos.
Pero ¿cuál fue la razón que llevó a las grandes naciones a levantarse en armas? ¿Quiénes la protagonizaron? La causa es más de una, al igual que las versiones de los hechos, y no son nada simplistas.
Como en cualquier conflicto, pequeño o grande, siempre hay dos bandos, o más. En la Primera Guerra Mundial, o la Gran Guerra (como fue conocida hasta antes que ocurriera la segunda) participaron dos grandes bandos.
En el primero, conocido como Triple Alianza: Alemania, Austria y Hungría. Tuvo como aliados al imperio Otomano (hoy Turquía) y Bulgaria.
El otro equipo enemigo, llamado Triple Entente, estuvo formado por Inglaterra, Gales, Escocia (tres países que integran Gran Bretaña), Francia y Rusia. Y sus aliados Italia, Japón y Estados Unidos.
Para el historiador Christopher Clark, autor del ensayo Los sonámbulos (The sleepwalkers), las causas que motivaron el estallido de la Primera Guerra Mundial “son todavía, 100 años después, objeto de un encendido debate político y historiográfico”.
En julio de 1914 el Imperio Austro Húngaro declaró la guerra a Serbia por su negativa a investigar el asesinato del archiduque Francisco Fernando.
Este fue otro de los hechos que provocó el estallido de la guerra. El archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio Austrohúngaro y miembro de la dinastía Habsburgo, fue asesinado por un joven terrorista serbobosnio.
“Los hombres de Estado del Imperio Austrohúngaro no sintieron ninguna pena por la muerte de Francisco Fernando, ya que era un hombre que no gozaba de especial estima por parte de nadie. Pero encontraron en el atentado la justificación ideal para ajustar cuentas con Serbia, un vecino habitualmente incómodo cuyos líderes incitaban a sus propias minorías políticas a la revolución”, opina el historiador Max Hastings, un prestigioso historiador y creador de dos libros sobre las guerras mundiales, en un reportaje para el periódico español El País.
Una de las principales razones de la guerra, en la que coinciden la mayoría de los historiadores, es el temor que Alemania despertó en otras naciones por su enorme crecimiento económico, y con ello su dominación y poder.
“De acuerdo con los datos de cualquier indicador económico, el poder de Alemania estaba por delante del de Gran Bretaña, Francia y Rusia. Si Alemania no hubiera entrado en guerra en 1914, es difícil saber cómo habría dominado Europa entre 1925 y 1930, pues ningún rival habría podido resistirse y habría conseguido esa hegemonía solo por medios pacíficos”, afirma Max Hastings.
Según el reportaje de El País, en 1914 Alemania estaba segura de poder alcanzar una victoria sobre Rusia y su aliado Francia. Sin embargo, no tuvo en cuenta a Gran Bretaña, el tercer aliado de la Entente, porque tenía un ejército pequeño.
“La guerra, cuanto antes, mejor”, fue la frase que lanzó Moltke, jefe del Estado Mayor de Alemania, en una reunión secreta celebrada en diciembre de 1912.
Expansionismo y nacionalismo
El deseo de expandir el territorio incrementó la rivalidad y la tensión entre las grandes potencias europeas. Tanto Alemania como Inglaterra y Rusia habían puesto sus ojos en extensos territorios de África y Asia para poder beneficiarse de sus recursos naturales como sus minas. Sin duda que estos intereses por materias primas fue otro de los factores que se unieron a las causas del sangriento conflicto global.
Sin embargo, existe otro punto de vista más radical. “La creencia más extendida, avalada por algunos historiadores y novelistas modernos, es que el conflicto fue sencillamente un terrible error en el que compartieron culpas todas las potencias europeas y una locura agravada por la incompetencia brutal de los mandos militares. Esto es lo que yo considero ‘la guerra desde la perspectiva de los poetas’. En medio de la sangre y el barro sentían que no había ninguna causa que mereciera esa masacre. Mejor terminar de cualquier manera en vez de resistir buscando una victoria sin sentido”, opina Max Hastings.
Tras cuatro años de conflicto, Alemania fue considerado el gran perdedor. Este sentimiento de humillación sirvió como germen, según varios historiadores, para que los alemanes propiciaran una segunda guerra.
La Primera Guerra Mundial es el mayor conflicto vivido hasta la fecha, especialmente para Europa. Aunque ha sido investigada y analizada, lo cierto es que aún no existe un acuerdo general sobre su origen.