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Fue encargado a Lima por el entonces arzobispo, José Leonardo Rodríguez Ballón, la imagen del Señor de los Milagros llegó a Arequipa para instalarse en la Iglesia de San Agustín. Una sala de la comunidad religiosa de María Inmaculada en San Andrés, Lima, fue el taller donde pintaron el lienzo del Señor de los Milagros del Templo de San Agustín de Arequipa, copia fiel del venerado en el Templo de “Las Nazarenas” en la capital peruana.María de Portacheli, hermana de la comunidad, poseedora de grandes dotes artísticos plasmó la imagen del Cristo Morado. Dedicó sólo sus ratos libres, demorando así doce meses para culminarlo y entregarlo a Monseñor José Leonardo Rodríguez Ballón, Arzobispo de Arequipa, quien lo encargó en 1950.Una emoción indescriptible embargaba a María de Portacheli cada vez que suspendía su sesión de pintura para atender a la comunidad, y también cuando retornaba la labor. Dicen que contemplaba por varios minutos lo avanzado para luego pintar con mucho amor e inspiración, que recibía del Altar Mayor donde contemplaba siempre la imagen del Cristo Crucificado.Cada jornada terminaba siempre igual: el fresco era tapado para evitar el ingreso de polvo y otras partículas qua podían malograrlo. La hermana María, también pintó el lienzo de la Virgen de la nube, ubicado detrás del Señor de los Milagros, un año después de terminar este último.Actualmente y tras una serie de retoques. Ambos lienzos tienen arcos de plata y se sujetan en dos rieles que le dan estabilidad.Cuando no hay procesiones, el lienzo del Señor de los Milagros permanece en el Altar Mayor de la iglesia de San Agustín Allí, a diario, recibe las oraciones plegarias de sus fieles devotos.