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La organización política de las tribus aztecas, al llegar al valle del Anáhuac, era (en teoría) democrática. Pero podemos definir una organización basada en una teocracia militar "pero en la que el fin guerrero estaba subordinado al fin religioso y en la que el mismo emperador, más propiamente Tlacatecuhtli, era un sacerdote". Pero la religión no sólo influía en la organización política, también lo hacía en la organización social. Un grupo de familias o clan constituían una tribu. Entre los tenochcas había 20 clanes o calpullis, en los cuales los jefes de familia elegían un representante (calpullec), asesorado por un consejo de ancianos (huehuetque). Los representantes de los calpullis formaban el tlatocan, organismo que presidía el gobierno general de Tenochtitlan. A quien los españoles llamaron rey, era el hombre que ocupaba el puesto supremo entre todos los jefes, llamado Tlacatecuhtli (señor de los hombres), también denominado Tlatoani. El cargo del Tlacatecuhtli era electivo.
Aun cuando no existían clases sociales remarcadas, se pueden mencionar los siguientes rangos: nobles (pipiltin), entre los cuales estaban los caballeros águila y los caballeros tigre (más formalmente, caballeros ocelote). Sacerdotes, que podían proceder tanto de una familia humilde como de una noble. Artesanos, divididos en pochtecas (comerciaban fuera de la ciudad) y tlanamacani (que comerciaban en la ciudad). Plebeyos o campesinos libres (macehualtin). Siervos (mayeques) campesinos que estaban en calidad de siervos. Esclavos (tlacotin), generalmente esclavos de guerra que iban al sacrificio o eran ocupados en diversas tareas.
Un hombre podía alcanzar alto rango por medio de sus esfuerzos.
La educación comenzaba después del destete, en el tercer año. El propósito era iniciar al niño en las técnicas y obligaciones de la vida adulta. Al igual que casi cualquier actividad diaria de los tenochcas, la educación estaba regida por los principios religiosos imperantes en la cultura azteca. Los padres vigilaban la educación de los hijos y las madres daban instrucción a las hijas; sin embargo, eran los sacerdotes los que impartían la educación en las escuelas.
Había dos tipos de ellas para los varones, la más importante era el Calmécac (hilera de casas), en la cual se preparaba a los nobles para el sacerdocio. Estudiaban las artes y las ciencias, pero la enseñanza era fundamentalmente religiosa, aun cuando muchos de los estudiantes no pretendían ser sacerdotes; algunos se preparaban para ocupar puestos en la milicia o la administración pública. El Calmécac era parte del Templo Mayor y los estudiantes estaban sujetos a una rigurosa disciplina.
Los padres dedicaban a sus hijos, en cuanto nacían, para que fueran sacerdotes o guerreros. Si querían que fuera sacerdote, convidaban a los jefes del Calmécac y en un banquete les ofrecían al hijo y lo llevaban al Calmécac donde lo pintaban de negro y le ponían un collar con cuentas de madera, que llamaban tlacopatli y a las que se suponía que quedaba unido el espíritu del niño; por lo cual, antes de devolverlo a sus padres, le quitaban el collar y lo dejaban en prenda en el monasterio.
El aspirante a sacerdote ingresaba a la edad de quince años en el Calmécac, convirtiéndose en tlamacazton. Más tarde el mancebo, ya ejercitado, ayudaba al sacerdote en los actos del culto; llevaba los implementos del sacrificio, tocaba el teponaztli o tambor de madera, observaba las estrellas para anunciar las horas, y le enseñaban los cantos a los dioses, la escritura y la pintura hierática, la astrología, la historia, la cuenta de los días y de los años y la interpretación de los sueños.La otra escuela era el Telpuchcalli (casa de los jóvenes), para la educación corriente; había uno en casi cualquier barrio de la ciudad. El Telpuchcalli enseñaba civismo, empleo de las armas, artes y oficios, historia y tradiciones, así como la obediencia a las normas religiosas comunes. El objeto principal era el de preparar a los jóvenes para la guerra, la disciplina era menos severa.
Había escuelas para las jóvenes que aspiraban a ser sacerdotisas, además de aprender a tejer y hacer trabajos en pluma para vestiduras sacerdotales.
Otras escuelas especiales existían para enseñar a bailar, cantar y tañer instrumentos musicales; también estas enseñanzas tenían un fin principalmente religioso.