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En primer lugar, el análisis literario está generalmente circunscrito en la crítica y teoría literaria, es decir, en los estudios literarios. Éstos realizan una hermenéutica de las obras literarias de los distintos géneros literarios (novela, cuento, poesía, teatro). Para el análisis de obras filosóficas y libros de antropología, ciencias políticas y otras ciencias sociales, tendríamos que hablar de otro tipo de análisis (no obstante, la base es la misma).
Todo tipo de análisis significa “descomponer en sus partes y examinar sus elementos constitutivos”. Es lo contrario a síntesis.
Un aspecto central para hacer un análisis literario está en la forma de leer. Una lectura atenta y que examine las partes de la obra, permitirá siempre un mejor análisis. El deleite rápido de una obra literaria está más del lado de una “lectura vacacional” y desatendida que del lado profesional y más profundo de la obra literaria.Un análisis literario profesional muchas veces necesita de más de una lectura de la obra. De la misma forma en que al ver una película por segunda vez se observan y entienden más cosas, igualmente sucede con la literatura. Al leer un libro por segunda vez, se profundiza más.
Elementos o partes a tener en cuenta en un análisis literario
Voz narravita:
También llamada “voz poética”, se refiere a el tipo de narrador. Esta “voz” puede estar narrando en primera persona, tercera persona impersonal, tercera persona en forma de testigo o tercera persona omnisciente.
Verso o prosa:
Se refiere a la manera en que está escrita la obra. Comúnmente el verso se encuentra en la poesía y la prosa en los demás relatos. No obstante, la poesía en prosa es igualmente común, y los versos están por doquier: en novelas, teatro, etc. Algunas obras están mayoritariamente en verso o mayoritariamente en prosa.
Tipo de narración:
Se refiere a la manera en la cual es narrada la obra, a través de diálogos (como es común en el teatro), solamente con una descripción de los acontecimientos, usando principalmente monólogos de los personajes (como en Crimen y Castigo), o de forma epistolar (es decir en cartas, como en la novela Amigdalitis de Tarzán de Alfredo Brice Echenique).
Protagonistas:
Son el alma de todo relato. En el teatro y la novela es muy común la pugna entre un héroe y un antihéroe. Ejemplos claros de personajes principales y héroes son Bastian Baltasar Bux en la novela La Historia Interminable o Johnny Carter en El Perseguidor de Julio Cortazar. Los protagonistas son los personajes principales y sus “ayudantes” son los personajes secundarios. Muchas grandes obras de la literatura tienen este dúo de personaje principal y principal colaborador. Por ejemplo, Don Quijote y Sancho Panza. También el cine y las series, por ser dramatizaciones, representan este dúo, como Batman y Robin.
Héroes y antihéroes en la literatura:
El héroe es el personaje principal y su antagonista es el antihéroe, aquel que buscar impedir que el héroe cumpla sus objetivos. En el Fausto de Goethe, Fausto es el héroe y Mefístofeles es el antihéroe. En la literatura, el teatro y en general en todos los géneros dramáticos, la narración tiene esta pareja de opuestos principales desde los cuales se genera el drama. Héroe y antihéroe son dos fuerzas opuestas que luchan y el resultado de esta tensión es el desenlace del drama.
Personajes secundarios:
Son aquellos que ayudan a recobrar la fuerza al héroe de la obra. Se caracterizan por la fidelidad y gracias a ellos los personajes principales o héroes no desfallecen. Los personajes secundarios ayudan que el héroe cumpla su objetivo. En El señor de los anillos de Tolkien, Samwise, un joven jardinero, es quien acompaña a Frodo hasta el volcán en Mordor donde finalmente destruirá el anillo.
El tiempo de la narración:
Es el tiempo en el que transcurre la historia narrada. Hace referencia al “Cuándo” de la historia. Muchas veces la obra narrada no transcurre en un solo tiempo sino en varios. Es común que se describan recuerdos que llevan la narración a un “flashback” en el pasado. O visiones de los personajes que nos llevan al futuro.
Los lugares dramáticos:
Es el espacio en el cual se desarrolla la historia. Este lugar puede ser físico o imaginario. Por ejemplo, 100 años de soledad sucede en un pueblo que se llama Macondo. Pero otras novelas pueden suceder en un mundo imaginario, como en La Historia Interminable del escritor alemán Michael Ende, o en un sueño.
Subtexto:
Llamado así en el mundo de la dramaturgia, se trata de un segundo tema, no explícito, que subyace en la obra.
Argumento literario:
Es una síntesis de la estructura dramática de la obra, cómo comienza, cómo se complica y cómo se soluciona. En otras palabras, es un breve resumen del famoso “inicio, nudo y desenlace”.
Todo tipo de análisis significa “descomponer en sus partes y examinar sus elementos constitutivos”. Es lo contrario a síntesis.
Un aspecto central para hacer un análisis literario está en la forma de leer. Una lectura atenta y que examine las partes de la obra, permitirá siempre un mejor análisis. El deleite rápido de una obra literaria está más del lado de una “lectura vacacional” y desatendida que del lado profesional y más profundo de la obra literaria.Un análisis literario profesional muchas veces necesita de más de una lectura de la obra. De la misma forma en que al ver una película por segunda vez se observan y entienden más cosas, igualmente sucede con la literatura. Al leer un libro por segunda vez, se profundiza más.
Elementos o partes a tener en cuenta en un análisis literario
Voz narravita:
También llamada “voz poética”, se refiere a el tipo de narrador. Esta “voz” puede estar narrando en primera persona, tercera persona impersonal, tercera persona en forma de testigo o tercera persona omnisciente.
Verso o prosa:
Se refiere a la manera en que está escrita la obra. Comúnmente el verso se encuentra en la poesía y la prosa en los demás relatos. No obstante, la poesía en prosa es igualmente común, y los versos están por doquier: en novelas, teatro, etc. Algunas obras están mayoritariamente en verso o mayoritariamente en prosa.
Tipo de narración:
Se refiere a la manera en la cual es narrada la obra, a través de diálogos (como es común en el teatro), solamente con una descripción de los acontecimientos, usando principalmente monólogos de los personajes (como en Crimen y Castigo), o de forma epistolar (es decir en cartas, como en la novela Amigdalitis de Tarzán de Alfredo Brice Echenique).
Protagonistas:
Son el alma de todo relato. En el teatro y la novela es muy común la pugna entre un héroe y un antihéroe. Ejemplos claros de personajes principales y héroes son Bastian Baltasar Bux en la novela La Historia Interminable o Johnny Carter en El Perseguidor de Julio Cortazar. Los protagonistas son los personajes principales y sus “ayudantes” son los personajes secundarios. Muchas grandes obras de la literatura tienen este dúo de personaje principal y principal colaborador. Por ejemplo, Don Quijote y Sancho Panza. También el cine y las series, por ser dramatizaciones, representan este dúo, como Batman y Robin.
Héroes y antihéroes en la literatura:
El héroe es el personaje principal y su antagonista es el antihéroe, aquel que buscar impedir que el héroe cumpla sus objetivos. En el Fausto de Goethe, Fausto es el héroe y Mefístofeles es el antihéroe. En la literatura, el teatro y en general en todos los géneros dramáticos, la narración tiene esta pareja de opuestos principales desde los cuales se genera el drama. Héroe y antihéroe son dos fuerzas opuestas que luchan y el resultado de esta tensión es el desenlace del drama.
Personajes secundarios:
Son aquellos que ayudan a recobrar la fuerza al héroe de la obra. Se caracterizan por la fidelidad y gracias a ellos los personajes principales o héroes no desfallecen. Los personajes secundarios ayudan que el héroe cumpla su objetivo. En El señor de los anillos de Tolkien, Samwise, un joven jardinero, es quien acompaña a Frodo hasta el volcán en Mordor donde finalmente destruirá el anillo.
El tiempo de la narración:
Es el tiempo en el que transcurre la historia narrada. Hace referencia al “Cuándo” de la historia. Muchas veces la obra narrada no transcurre en un solo tiempo sino en varios. Es común que se describan recuerdos que llevan la narración a un “flashback” en el pasado. O visiones de los personajes que nos llevan al futuro.
Los lugares dramáticos:
Es el espacio en el cual se desarrolla la historia. Este lugar puede ser físico o imaginario. Por ejemplo, 100 años de soledad sucede en un pueblo que se llama Macondo. Pero otras novelas pueden suceder en un mundo imaginario, como en La Historia Interminable del escritor alemán Michael Ende, o en un sueño.
Subtexto:
Llamado así en el mundo de la dramaturgia, se trata de un segundo tema, no explícito, que subyace en la obra.
Argumento literario:
Es una síntesis de la estructura dramática de la obra, cómo comienza, cómo se complica y cómo se soluciona. En otras palabras, es un breve resumen del famoso “inicio, nudo y desenlace”.
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