Respuestas
La cantidad de vitelo y su localización permiten clasificar los cigotos en cuatro categorías, que coinciden plenamente con los tipos de óvulos:
Isolecíticos u oligolecíticos. Contienen poco vitelo, el cual se presenta en forma de finas granulaciones distribuidas de manera uniforme por todo el citoplasma. Poseen este tipo de huevos las esponjas, los cnidarios, los nemertinos, la mayoría de los moluscos, los equinodermos, los urocordados, los cefalocordados y los mamíferos (tanto los marsupiales como los placentarios, incluyendo el ser humano). En este último caso, se habla a veces de huevos alecíticos, porque están prácticamente desprovistos de vitelo ya que, gracias a que el desarrollo embrionario está facilitado por la placenta, carece de utilidad. La segmentación que parte de ellos es siempre total y en general desigual, pero unos pocos huevos isolecíticos dan lugar a una segmentación igual.
Heterolecíticos o mesolecíticos. Tienen una cantidad más abundante de vitelo que forma granulaciones más heterogéneas y se distribuye de manera desigual; las granulaciones más gruesas se acumulan cerca del polo vegetativo y las más pequeñas cerca del polo animal o germinativo, cerca del núcleo. Son huevos característicos de anélidos, moluscos (excepto cefalópodos), teleósteos y anfibios. Su segmentación es siempre total y desigual.
Telolecíticos. Contienen una gran cantidad de vitelo que se reúne en una masa que relega al citoplasma y al núcleo al polo germinativo, con lo que se origina una zona bien diferenciada, el disco germinativo o cicátrula. Los óvulos son voluminosos y son característicos de los cefalópodos, selacios, reptiles, aves y mamíferos prototerios. Su segmentación es parcial y discoidal.
Centrolecíticos. El vitelo es muy abundante y forma una masa central rodeada por el citoplasma, que se extiende por toda la periferia, donde también se sitúa el núcleo. Son típicos de los artrópodos. La segmentación que parte de ellos es parcial y superficial.