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El metano es un gas incoloro e inodoro, muy inflamable y explosivo (como bien saben los mineros del carbón con el temible grisú) que se encuentra tanto en el interior de nuestro planeta como en sus envolturas fluidas más externas. Este gas es inyectado a la atmosfera a partir de emanaciones naturales procedentes, entre otras fuentes, de volcanes, sedimentos y rocas sedimentarias cargadas de hidrocarburos, el permafrost de las regiones árticas, humedales, embalses, lagos, ríos, incendios forestales y la actividad intestinal de animales.
Y también es introducido a la atmosfera por la acción humana, muy especialmente a partir de la explotación, transporte y uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), la combustión de la biomasa y los procesos de descomposición bacteriana de la materia orgánica en vertederos, plantas de tratamiento de aguas residuales y en las explotaciones agrícolas y ganaderas. Diversos estudios consideran que, aproximadamente, algo más de la mitad de las emisiones de metano a la atmosfera terrestre son de origen antropogénico.
El metano tan solo constituye el 0,00018% de la atmósfera terrestre, en comparación con el 0,039% del dióxido de carbono (CO2) lo que significa que este último gas es unas 200 veces más abundante. Sin embargo, los científicos responsabilizan a las emisiones de metano de una sexta parte del actual proceso de calentamiento global, ya que aunque su volumen es menor que el de CO2, su potencial como gas de efecto invernadero es mucho mayor.
Espero que sirva de algo