Respuestas
cuidaban turnandose por dia y de noche
La sedentariedad de los cultivos en una zona determinada se halla condicionada por la posibilidad de restituir al suelo, obtenida la cosecha, al menos una parte de los elementos nutritivos de que se han alimentado las plantas, de aquí que los cultivos fijos no se puedan mantener si no se aportan al suelo los abonos apropiados. Hasta hace un siglo, lo único que tenían a su disposición los agricultores para devolver al suelo su fertilidad era el estiércol, por ello se ingeniaban en buscar diferentes medios de obtenerlo: cuidadosa recogida de deyecciones humanas, restos de comida, recogida de basuras, algas y légamos ricos en humus, sacados de las orillas de pantanos y canales, palomina de aves domésticas, majadeo de las ovejas, pajaza o cama de las caballerías, sarmientos, cañas y ramajes puestos en putrefacción, etc. Pero la mayor parte de los abonos utilizados estaban representados por el estiércol conseguido de los animales estabulados, por lo general en escaso número, dada la falta de medios de los pequeños propietarios, lo que traía, como fatal consecuencia, la escasez y mediocridad de los abonos. La falta de piensos para los animales impidió a los agricultores aumentar el número de cabezas según sus tierras, que, ávidas de abono, le demandaban, hasta que no fue introducido el maíz, los tubérculos y las leguminosas forrajeras aptas para la constitución de praderas artificiales. Con estas nuevas fuentes de alimentación ganadera, en proporción a la superficie de los terrenos de labor, se encontró, aunque de una forma precaria, el equilibrio agrícola deseado. Estos medios de abastecimiento fueron el complemento indispensable del praderío natural, de los pastos de las tierras de barbecho que se extienden alrededor de los campos labrados y de los terrenos de pasturaje de las landas y de los bosques, que, durante mucho tiempo, fueron aprovechados principalmente con objeto de obtener las reservas alimenticias indispensables para los animales domésticos.
Otro procedimiento utilizado para restituir los principios nutritivos al suelo es el del barbecho.