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Se denomina guerra de los Siete Años a la serie de conflictos internacionales acaecidos entre principios de 1754 y finales de 17639 para establecer el control sobre Silesia y por la supremacía colonial en América del Norte y la India. Tomaron parte, por un lado, el Reino de Prusia, el Reino de Hanóver y el Reino de Gran Bretaña junto a sus colonias americanas y, tiempo más tarde, su aliado el Reino de Portugal; y por la otra parte el Reino de Sajonia, el Imperio austríaco, el Reino de Francia, el Imperio ruso, Suecia y el Reino de España, este último a partir de 1761. Se produjo un cambio de coaliciones con respecto a la guerra de Sucesión Austríaca, si bien el conflicto de Silesia y la pugna franco-británica siguieron siendo las claves.
La guerra de los Siete Años se libró entre 1754 y 1763, aunque el conflicto principal tuvo su centro entre 1756 y 1763, e implicó a la gran mayoría de las grandes potencias de la época, habiendo afectado a Europa, Norteamérica, Centroamérica, la costa occidental de África, la India y las Filipinas. Los dos principales oponentes fueron Francia y Gran Bretaña.
Las principales operaciones militares de la época tuvieron lugar en este período con el intento de alcanzar la supremacía colonial en el mundo. Para la historiografía de algunos países, la denominación de la guerra cambia dependiendo de los diferentes escenarios de combate: La guerra franco-india para los Estados Unidos, para la zona francoparlante de Canadá es conocida como la guerra de la Conquista, mientras que para la Canadá angloparlante son la guerra de los Siete Años (1754-1763), la guerra pomerania (con Suecia y Prusia entre 1757 y 1762), la tercera guerra carnática (en India) y la tercera guerra silesiana (con Prusia y Austria entre 1756 y 1763).
El conflicto entre Francia y Gran Bretaña estalló entre 1754 y 1755 cuando los británicos atacaron posiciones reclamadas por Francia en América del Norte y capturaron cientos de navíos mercantes franceses. Mientras tanto, la emergente Prusia luchaba contra Austria por la dominación dentro y fuera del Sacro Imperio Romano Germánico en Europa Central. En 1756 las grandes potencias cambiaron de compañeros, pues Prusia estableció una alianza con Gran Bretaña, mientras que Francia y Austria dejaron su frecuente estado de enemistad formando una alianza entre ellas tras la firma del Tratado de Versalles. La alianza anglo-prusiana agregó a los Estados menores alemanes (especialmente Hannover) y luego a Portugal, la cual sufrió por ello una invasión franco-española. La alianza francesa con Austria agregó a sus filas a Suecia, Sajonia y España. El Imperio ruso originalmente se alió con Austria, pero cambió de bando tras la sucesión del zar Pedro III de Rusia en 1762. Los impuestos aplicados por Rusia, que financió la guerra, causaron un gran descontento en la ciudadanía, a lo que se le sumó el impuesto a la sal y el alcohol establecido por la emperatriz Isabel I de Rusia en 1759 para completar la construcción del Palacio de Invierno. Al igual que Suecia, Rusia concluyó una paz separada con Prusia.
La guerra terminó con el Tratado de París entre Francia, España y Gran Bretaña y la Paz de Hubertusburgo entre Sajonia, Austria y Prusia en 1763. Se caracterizó en Europa por el asedio e incendio de pueblos, así como por batallas abiertas con masivas pérdidas de vidas humanas (en total perdieron la vida entre 900 000 y 1 400 000 personas).