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Las Trece Colonias es el nombre que se ha dado históricamente a las posesiones coloniales de Gran Bretaña en la costa atlántica de América del Norte comprendida entre Nueva Escocia y Florida, y que a finales del siglo XVIII se unificaron bajo un gobierno independiente para crear los actuales Estados Unidos.
POLITICA
Todas las colonias compartían la tradición del gobierno representativo. El monarca inglés nombraba a muchos de los gobernadores coloniales, pero todos ellos debían gobernar conjuntamente con una asamblea elegida. El voto estaba restringido a los terratenientes varones blancos, pero la mayoría de los hombres blancos tenían propiedades suficientes para votar. Además Inglaterra no podía ejercer un control directo sobre sus colonias americanas. Londres estaba demasiado lejos, y los colonos tenían un espíritu muy independiente, además que los mismos estatutos de fundación de cada colonia la Corona inglesa reconocía la autonomía interna de los colonos. Finalmente, la ausencia de grandes riquezas minerales en las colonias (minas de oro y plata) desalentaba una intervención directa de Gran Bretaña en el gobierno las Trece Colonias.
ECONOMIA
Los colonos, además de ganado de todo tipo, llevaron consigo la mayoría de los vegetales más valiosos que solían cultivar. Y, en Nueva Inglaterra, los nuevos pobladores no cometieron el error de los colonos de Jamestown, de querer buscar oro en lugar de cultivar la tierra. Así, descubrieron el maíz o “grano indio”, que fue para ellos como una bendición del cielo. Media hectárea de ese cultivo proporcionaba dos veces más alimento que los tradicionales cereales ingleses. Dependía menos de los cambios estacionales, podía cultivarse con herramientas muy sencillas, y hasta los tallos podían usarse como forraje.
Poco a poco, los colonos descubrieron también que los recursos mineros eran muy abundantes. No es de extrañar, habida cuenta de que, más adelante, Estados Unidos iba a ser el gran productor de petróleo, cobre, plomo, cinc, carbón y hierro, además de maíz y algodón. A esa larga lista habría que añadir algo que encantó a los primeros colonos: la abundancia de buena madera. Se ha dicho que, en sus inicios, Norteamérica fue una civilización basada en la madera, que creció a partir de sus bosques primitivos.
De importancia crucial era también la ganadería. El ganado prosperaba en general, pero sobre todo el porcino. De hecho, una de las primeras exportaciones coloniales fue un cargamento de carne de cerdo, al que más tarde se añadirían las ovejas para configurar lo principal de su cultura ganadera.
En cualquier caso, ninguno de estos productos proporcionó un “boom” económico tan espectacular como lo fue el tabaco para los primeros virginianos. En realidad, es bastante dudoso que la primera colonia inglesa hubiera subsistido, de no ser por su genial descubrimiento. Con la misma cantidad de trabajo que requerían otros cultivos, el tabaco daba el doble de beneficio. A pesar de las reticencias del rey Jacobo I, que trató de prohibir su consumo, el cultivo de tabaco se abrió paso y trajo consigo una gran prosperidad.
SOCIEDAD
El área colonizada se duplicó, y la población no dejó de crecer hasta que al final del período se había multiplicado por ocho. Alcanzó aproximadamente los dos millones de personas, o lo que es lo mismo, casi un tercio de la población que habitaba en Inglaterra y Gales.
Hacia 1700, la mayor parte de los inmigrantes eran ingleses, pero poco a poco esta composición cambió. Si bien Inglaterra había promovido la salida de emigrantes durante la mayor parte del siglo XVII, a partir de ahora sólo lo hace con los elementos indeseables: vagabundos, pobres y prisioneros políticos y militares. En 1717 se hizo oficial: el propio Parlamento creó un nuevo castigo legal, consistente en la deportación al Nuevo Mundo. Al menos treinta mil criminales fueron así deportados a América durante el siglo XVIII, la mayoría de ellos a Virginia y Maryland.
Pero hacia finales de siglo las colonias empezaron a recibir inmigrantes de otras zonas, dando inicio a una de las polémicas más persistentes de la historia de la sociedad americana: los contactos entre grupos étnicos diferentes. Muchos de estos nuevos inmigrantes fueron hugonotes franceses, forzados a huir por la revocación del Edicto de Nantes por parte de Luís XIV. De Alemania y Suiza llegaron otros expulsados religiosos. Pero sin duda el mayor grupo de inmigrantes fue el escocés-irlandés.
CULTURA
En el aspecto cultural, es notoria la enorme distribución de libros y medios de difusión; sin embargo la cultura norteamericana adolece en general de superficialidad. Se hace hincapié sobre todo en los adelantos técnicos y científicos.