Respuestas
Cuando se observa un conjunto de estrellas con algún instrumento óptico (o incluso a simple vista), se nota que no todas ellas tienen el mismo color. Algunas son blancas, otras blanco azuladas, otras pocas rojas y de colores intermedios. Estas diferencias de color están íntimamente relacionadas con la temperatura que posee la estrella en su superficie. Si se analiza el espectro electromagnético, se nota que el sector visible va desde los 400 nanómetros aproximadamente, lo que correspondería al azul-violeta, a los 700 nanómetros que sería el rojo oscuro. Como la energía de los fotones desciende con el aumento de su longitud de onda, los objetos que emiten principalmente en el azul estarían a mayor temperatura que los que emiten en el rojo. Esto aplicado a estrellas nos indicaría solamente la temperatura en superficie y nada diría sobre las temperaturas en las capas interiores de la estrella. Entonces, una estrella que se ve blanco azulada es bastante más “caliente” que una roja.
En Astronomía es común descubrir el color de una estrella haciendo pasar su luz por filtros rojos y azules en general. Por ejemplo, si vemos una estrella azul, al pasar su luz por el filtro rojo esta luz se atenuará de manera significativa y casi no se verá; mientras que si la pasamos por el filtro azul, la luz parecerá potenciarse y la estrella se presentará brillante y clara.