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artografía del descubrimiento de América
Posted by jonkepa en febrero 28, 2009
El racionalismo renacentista preconizaba la representación unitaria y coherente del espacio y de las proporciones, de tal manera que lo representado fuera abarcable en toda su complejidad como un único motivo coherente e inteligible. La cartografía no podía ser ajena a esta pretensión de concordancia lógica entre las partes y el todo. En adelante serán la ciencia, el cálculo y la composición matemática las que marcará el ritmo de las nuevas producciones cartográficas.
La ampliación de los conocimientos geométricos y matemáticos unida a la traducción de la “Geographia” de Ptolomeo, en la que ya se presumía la esfericidad de la tierra, amplió las opciones de representar la esfera en el plano y permitió aumentar así el espacio disponible minimizando la distorsión de la superficie representada.
En adelante no dejarían de desarrollarse tipos de proyecciones cartográficas que, unidas al perfeccionamiento de las herramientas e instrumentos de navegación y medición, permitirían aumentar la eficacia de los cartógrafos y la fiabilidad y definición de los nuevos mapas.
1482_ptolomeo_ulm1482. Proyección cónica inspirada en Ptolomeo. Edición de Ulm
LOS MAPAS DEL DESCUBRIMIENTO
En la primera mitad del siglo XVI, la tierra dobló literalmente de tamaño. En pocos años tuvieron lugar acontecimientos decisivos en todos los ámbitos de la vida y del conocimiento que influenciaron de manera extraordinaria la producción de mapas y sus técnicas. El descubrimiento de América, la circunvalación de la tierra, las largas expediciones de los navegantes portugueses, la necesidad de representar las nuevas rutas y dar a conocer las peculiaridades de las tierras descubiertas, la generalización del uso de la imprenta y las nuevas técnicas de grabación de imágenes -que permitiría reimprimir los mapas incorporando continuamente las últimas modificaciones-, condujeron a un auténtico estallido cartográfico.
1500_juan-de-la-cosa1500. Mapa portulano atlántico de Juan de la Cosa, realizado en el Puerto de Santa María después de la segunda expedición de Colón.
Un día de 1832, el Barón de Walckenaer paseando por los kioscos de antigüedades de parís, encontró un viejo mapamundi manuscrito. Estaba firmado: “Juan de la Cosa lo fizo en el Puerto de S. Mª en año de 1500”. Acababa de encontrar el más antiguo de todos los mapas que registran en continente americano. Su autor, también llamado Juan el Vizcaíno, participó como cartógrafo en la segunda expedición de Colón y, en 1499, en la de Alonso de Ojeda. Al regreso de este viaje dibujó su mapamundi.
La técnica es la de los portulanos tradicionales. En la parte asiática, africana y europea, el mapa está decorado con los elementos tradicionales de los portulanos; se representan ciudades y monarcas, personajes bíblicos como los Reyes Magos, figuras mitológicas, el relieve y los cursos de agua, las rutas de navegación y los puertos con el nombre escrito en español antiguo. En la parte del nuevo continente el perfil de la costa apenas está esbozado; las islas, en cambio, están bien detalladas y llama la atención el dato de la insularidad de Cuba, que no sería confirmada oficialmente hasta ocho años más tarde. Probablemente Juan De la Cosa no tenía todavía conocimiento pormenorizado de las últimas expediciones portuguesas más allá del Cabo de Buena Esperanza, pues la costa oriental de África es pura especulación y la de Asia está llena de imprecisiones y espacios vacíos, quizás porque se suponía que en algún punto de esa zona se unían el viejo mundo y las tierras recién descubiertas.