Respuestas
Un hombre sembró buena semilla en su campo.
Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue – v. 25.
cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña – v. 26.
Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo?. ¿Cómo pues, tiene cizaña?” (v. 27). El les dijo: “Un enemigo ha hecho esto”.
Entonces los siervos le preguntaron: “¿Quieres pues, que vayamos y la recojamos?” (v. 28)
No —contestó el amo—, si lo hacen, también arrancarán el trigo – (v. 29). “Dejen que ambas crezcan juntas hasta la cosecha.
Entonces les diré a los cosechadores que separen la maleza, la aten en manojos y la quemen,
y que pongan el trigo en el granero – v. 30.
Después de esta parábola, Jesús les contó otra historia y cuando terminó, todos se fueron a casa y Jesús también fue a una casa.
Cuando llegó allí “sus discípulos vinieron a Él. Ellos dijeron: —Por favor, explícanos la historia de la cizaña en el campo