saturnismo, hidragirismo cromismo son enfermedades relacionadas on la presencia excesiva de metales en el cuerpo. averiüen de qué metal se rata en cada caso y cuales son los efectos que producen cada uno en el cuerpo. ¿que relacion exciste enre la trasmision de casa una de las enfermedades y el agua?
PORFAVOS AYUDA!! es urgente, en 15 minutos tengo que entregar todo, igual ire poniendo mas pregunas, pliz contestenlas!!
Respuestas
La mayoría de las personas, incluidos los funcionarios de salud, relacionan el agua solamente con la transmisión de enfermedades infecciosas intestinales, como las diarreas causadas por virus, bacterias y protozoarios. Esta relación se originó en 1852 gracias al hallazgo epidemiológico del Dr. John Snow. Él descubrió que el agua de un pozo en Golden Square (Londres) era la causante de la transmisión de un “veneno mórbido” llamado cólera . Posteriormente, en 1882, el Dr. Robert Koch aisló e identificó el Vibrio cholerae 01, agente etiológico causante de esta enfermedad.
Sin embargo, el agua también puede causar enfermedades crónicas mediante la ingestión directa del tóxico en el agua o el consumo de alimentos acuáticos contaminados. Los problemas relacionados con los componentes químicos surgen, fundamentalmente, por la posibilidad de que esas sustancias causen efectos negativos después de períodos prolongados de exposición; en este sentido, son de particular importancia los venenos acumulativos y carcinógenos.
A continuación, procedo a describir las principales enfermedades crónicas provocadas por los mecanismos citados.
La ingestión directa del tóxico en el agua puede causar:
Toxicosis: consiste en el consumo de metales (provenientes de fuentes naturales o actividades humanas) presentes en concentraciones no permisibles, como el arsénico, cadmio, cobre, plomo, mercurio, selenio, vanadio y zinc, entre otros. El ejemplo más sobresaliente es la enfermedad conocida como “saturnismo”, provocada por el consumo de agua o alimentos contaminados con plomo.
Cánceres, mutaciones y defectos congénitos: pueden ser causados por la ingestión de productos químicos orgánicos e inorgánicos, como los trihalometanos y algunos pesticidas; además, la radioactividad natural o artificial puede inducir a la producción de cáncer en el ser humano.
Cálculos renales y enfermedades cardiovasculares: existen indicios preliminares en el mundo, de que un factor de riesgo para el padecimiento de enfermedades cardiovasculares es el consumo prolongado de aguas blandas –con concentraciones de carbonato de calcio (CaCO3) menor o igual a 60 mg/L–. De igual manera, la ingestión prolongada de aguas duras (CaCO3 mayor o igual a 120 mg/L) aumenta el riesgo de cálculos renales en la población; sin embargo, estos indicios deberán ser confirmados o descartados mediante estudios epidemiológicos más profundos.
Fluorosis: es el daño producido a los dientes y huesos debido de la ingestión, durante largo plazo, de altas concentraciones de fluoruros en el agua (mayor de 1 mg/L). En Costa Rica, en la zona de Tierra Blanca, ubicada en la parte alta de Cartago, se presenta una elevada prevalencia de la enfermedad llamada “esmalte jaspeado” o “fluorosis dental”. Por el contrario, la producción de caries dentales se incrementa en poblaciones que consumen aguas con poco flúor.
Metahemoglobinemia: es una enfermedad que conduce al envenenamiento mortal de la sangre de niños menores de 6 meses que ingieren agua de pozos y nacientes con contenidos de nitratos superiores a 50 mg/L.
Por otra parte, existen las toxicosis producidas por alimentos acuáticos contaminados. El ser humano puede adquirir sustancias tóxicas acumuladas en alimentos, como, por ejemplo, el consumo de peces contaminados.
Uno de los casos más sobresalientes es la enfermedad de Minamata, la cual se presentó en Japón (1956-1967) cuando una fábrica de acetaldehído descargó, en la bahía de Minamata, mercurio orgánico en sus aguas residuales; esta sustancia se acumuló en los peces, crustáceos y moluscos, los cuales fueron consumidos por la población y afectaron a 20.000 personas y causaron 2.248 muertes.
Considerando lo expuesto, y que, lamentablemente, muchas de estas enfermedades son “silenciosas”, recomiendo a las autoridades de salud coordinar esfuerzos con el propósito de realizar los estudios pertinentes y necesarios para entender y atender de forma preventiva estas patologías.