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Ser independientes. Sexy es también para ellos una mujer con mundo propio, que sea capaz de interactuar con su entorno, pero que también sea capaz de generarlo y darle algo de cabida en ese mundo. Una mujer que se transforma en la sombra de un hombre deja de interesar a cualquiera e incluso los puede ahuyentar.
Alegres y simpáticas. Esta característica va ligada al tema de la inteligencia. Siempre va a ser muy atractivo que una mujer pueda hablar mucho más que de sólo chicos y de ropa. Los hombres inteligentes prefieren a una mujer que les haga el peso intelectualmente, lo que tiene una explicación lógica: es un desafío que implica un fuerte grado de sensualidad, el conquistarla.
Sexuales 100%. Una mujer con una sexualidad sin inhibiciones es extremadamente provocadora para ellos. Pocos hombres lo reconocen, pero es frecuente en sus conversaciones del “Club de Toby” oírlos referirse a lo “rica” que es una chica que vive su sexualidad en total libertad y sin tabúes. “Que hable poco y haga mucho”, dicen.
Rico aroma. Así como un mal aroma puede ser un súper mata-pasiones, un aroma agradable en una mujer puede encenderlas. Para ellos, no hay nada más estimulante que sentir en su propia ropa, el aroma de una mujer, y que además eso les traiga recuerdos de los momentos ricos que han pasado juntos. A partir de esos recuerdos, se reactiva inevitablemente la pasión.
De buena educación. Esto tiene que ver con que la mujer hable bien, no zapatee la suela y que module. Sin muletillas y sin garabatos grotescos y fuera de lugar, con una voz sensual y el uso correcto del vocabulario, los seduce fuertemente.
De buen futuro. No económica ni laboral… No, no. Lo que ellos consideran sexy es que al verlas puedan imaginar que en 10 años más serán igual de estupendas o mejores aún. De esa manera, se proyectan enamorados y deseosos por siempre.
Lencería fina. A los hombres les cuesta reconocerlo, pero en muchos aspectos son muy clásicos en este tipo de cosas. Para la mayoría de ellos, la ropa interior detallista y fina, es algo que los provoca. Incluso, no son pocos los que reconocen un cierto fetichismo frente al tema. Lo que insinúa la ropa interior de una mujer (más que lo que se ve), y una buena combinación de colores, texturas y materiales, tiene una buena carga de sensualidad para ellos.
Caminar sensual. No es que haya que caminar como si estuvieras en una pasarela de Milán, pero efectivamente el andar sensual de una mujer les provoca, y mucho. La sensación para ellos, agregándole una cuota importante de imaginación, es que tras ese movimiento corporal debe estar oculta “la” mujer de sus sueños. Un caminar que demuestra seguridad en sí mismas, como diciendo “aquí vengo yo, mírenme”, es lejos una de las cosas más sexy para los hombres.
Seguridad. Esta característica se aplica a un buen número de hombres, sobre todo en aquellos que no temen tener a su lado a una mujer que los mire de frente. Mujeres seguras e inteligentes, que tienen temas propios y que desprecian la ignorancia, son sexy para hombres igual de seguros en sí mismos.
Feminidad. En este tema puede haber discusión sobre qué se considera como femenino. Pero, evidentemente, lo que ellos esperan de una mujer es que sea consciente de su género, y que en todos sus gestos, actos y dichos se demuestre como la mujer que es, y más aún en su sexualidad. En el fondo, ellos consideran muy sexy que las mujeres disfrutemos de nuestro “ser mujer”.