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Francisco Álvarez de Toledo también conocido como el Solón Virreinal, por su manera sabia de ejercer la magistratura a semejanza del griego Solón, fue un noble y militar de la Corona de Castilla, el quinto Virrey del Perú, cargo que ocupó desde noviembre de 1569 hasta mayo de 1581, para un total de once años y cinco meses de mandato. Siguiendo al pie de la letra las recomendaciones del rey, Álvarez de Toledo se planteó visitar los territorios a su cargo, algo que nunca se había hecho por lo extenso que era el Virreinato del Perú y que era una labor muy agobiante.
En los cinco años que perduró esta inspección el virrey Álvarez de Toledo efectuó un sorprendente recorrido de unos 8000 km divido en dos etapas, la primera: Lima - Huarochirí - Jauja – Huamanga y Cuzco, en éste último duró dos años para después continuar una segunda etapa a la Provincia de Charcas, siendo el recorrido el siguiente: Checacupe - Chucuito - Juli - La Paz - Potosí - La Plata; después de una desventurada expedición contra los chiriguanos del sureste de Charcas, regresó a Lima, a través de Arequipa y el mar.
El virrey Álvarez de Toledo inició una extraordinaria tarea de organización, fundamentado en un rígido y permanente ejercicio de la autoridad, logró darle apropiada estructura legal al Virreinato del Perú, su trabajo supuso la consolidación de importantes instituciones alrededor de las cuales giraría la administración del país a los sucesivos virreyes que siguieron después de él durante la dinastía de la Casa de Habsburgo y hasta las reformas del siglo XVIII que empezaran la nueva dinastía de Borbón.
En definitiva, Álvarez de Toledo aseguró la unión del Perú a la Monarquía Hispánica o monarquía universal del rey Felipe II.