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es la historia de dos jóvenes que estaban profundamente enamorados, pero la familia de la muchacha se oponían a este romance. Ella se sentía muy desesperada, mas era la desesperación por que no podía ni salir a la puerta para verlo, antes lo podía ver en la esquina esperándola, ahora ni para verlo de lejos. Se lo preguntó a su madre ¿por qué se oponen a esta relación?¿Que han visto en él?, la madre no tenía respuesta, y la hizo salir del cuarto, pero su padre entrando, le detuvo del brazo, y enterado de lo sucedido, lo empujo y lo dijo preferimos verte mu3rta, que en los brazos de ese hombre. Muy bien les respondió, en esa hora había decidido m0rir.
Sabía que Luís su pareja, era capaz de m0rir junto con ella, le escribió una carta, contándole todo. Una semana después se encontraron en un hotel, donde ocuparon una sola habitación. Era una decisión fatal .
Abandonaron la vida, ya que los había abandonado al impedir ser el uno para el otro. En el último abrazo sintieron una dicha, de que hermoso hubiera sido ser novios, y tomaron el veneno, perdóname le dijo Luis, te amo tanto, que te llevo conmigo, y yo te amo, muero contigo le respondió ella. En eso se oyeron muchos pasos que venían a ver su agonía, tocaban muy duro la puerta, me han seguido y nos vienen a separar, pero yo soy tuya dijo ella, pero no las había pronunciado, sino en su mente, porque ya había perdido el conocimiento.
Me sentía leve, descansada, cuando abrí mis ojos vi a mi madre, desesperada, me sacudía a gritos, y el mozo del hotel, apartaba de mi cabeza, los brazos de mi amado, Luis y yo veíamos todas esas escenas, y a tres pasos estábamos mu3rtos por suicidi0. Luís me dijo amada mía a poco precio hemos comprado ésta felicidad, te amare siempre y no nos separaremos jamás. Vimos que nuestros cuerpos se lo llevaban, le dije ven a verme a las nueve, tengo tantos deseos de estar a solas contigo, el respondió !sí, hasta luego amor mío¡.
A las nueve llegó él, yo la recibí, en un momento llame su atención y le dije ¡mira!, un nuevo ataúd, soy yo dijo Luis, ponen nuestros cadáver3s en el mismo cajón como cuando estuvimos mu3rtos, yo estoy contigo, murmure.
Durante tres meses mi novio me visitaba dos veces por semana, y yo le esperaba muy contento, él siempre llegaba a las nueve en punto. Salíamos a pasear como novios oficiales, nos sentíamos más puros, más libres y más amantes.
Había olvidado mencionar para ese entonces Luis me visitaba todas las noches, ya casi sin hablar ya no expresábamos las frases de cariño y se acortaba más nuestra despedida. Una noche en que nuestro desasosiego había llegado un límite angustioso, leí en sus ojos lo que estaba pasando, me muero, dijo Luis, cállate amor mío le respondí, me comprendes me dijo Luis, si te comprendo, cuando se muere una vez de amor, se debe m0rir de nuevo, ignoro lo que nos espera más allá, porque si nuestro amor fue capaz de elevarse de nuestros cuerpos envenenados durante tres meses en la alucinación de un idilio.
En pie sobre nuestras lápidas nos murmuramos, sus brazos ciñen mi cintura, su boca busca la mía y entrego con mucha pasión que me desvanezco.
tuve que reemplazar algunas letras con números ya que no me permitia usar la palabra mu3rt3 xd
Sabía que Luís su pareja, era capaz de m0rir junto con ella, le escribió una carta, contándole todo. Una semana después se encontraron en un hotel, donde ocuparon una sola habitación. Era una decisión fatal .
Abandonaron la vida, ya que los había abandonado al impedir ser el uno para el otro. En el último abrazo sintieron una dicha, de que hermoso hubiera sido ser novios, y tomaron el veneno, perdóname le dijo Luis, te amo tanto, que te llevo conmigo, y yo te amo, muero contigo le respondió ella. En eso se oyeron muchos pasos que venían a ver su agonía, tocaban muy duro la puerta, me han seguido y nos vienen a separar, pero yo soy tuya dijo ella, pero no las había pronunciado, sino en su mente, porque ya había perdido el conocimiento.
Me sentía leve, descansada, cuando abrí mis ojos vi a mi madre, desesperada, me sacudía a gritos, y el mozo del hotel, apartaba de mi cabeza, los brazos de mi amado, Luis y yo veíamos todas esas escenas, y a tres pasos estábamos mu3rtos por suicidi0. Luís me dijo amada mía a poco precio hemos comprado ésta felicidad, te amare siempre y no nos separaremos jamás. Vimos que nuestros cuerpos se lo llevaban, le dije ven a verme a las nueve, tengo tantos deseos de estar a solas contigo, el respondió !sí, hasta luego amor mío¡.
A las nueve llegó él, yo la recibí, en un momento llame su atención y le dije ¡mira!, un nuevo ataúd, soy yo dijo Luis, ponen nuestros cadáver3s en el mismo cajón como cuando estuvimos mu3rtos, yo estoy contigo, murmure.
Durante tres meses mi novio me visitaba dos veces por semana, y yo le esperaba muy contento, él siempre llegaba a las nueve en punto. Salíamos a pasear como novios oficiales, nos sentíamos más puros, más libres y más amantes.
Había olvidado mencionar para ese entonces Luis me visitaba todas las noches, ya casi sin hablar ya no expresábamos las frases de cariño y se acortaba más nuestra despedida. Una noche en que nuestro desasosiego había llegado un límite angustioso, leí en sus ojos lo que estaba pasando, me muero, dijo Luis, cállate amor mío le respondí, me comprendes me dijo Luis, si te comprendo, cuando se muere una vez de amor, se debe m0rir de nuevo, ignoro lo que nos espera más allá, porque si nuestro amor fue capaz de elevarse de nuestros cuerpos envenenados durante tres meses en la alucinación de un idilio.
En pie sobre nuestras lápidas nos murmuramos, sus brazos ciñen mi cintura, su boca busca la mía y entrego con mucha pasión que me desvanezco.
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putramex:
un poco mas chico lo puedes hacer
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